VW prepara jornada reducida hacia 2027 ante caída en la producción del Golf

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La planta principal de Volkswagen en Wolfsburgo, Alemania, se encamina a una transformación a partir de 2027. Con la mira puesta en una producción completamente eléctrica, el fabricante alemán se prepara para una reestructuración operativa que podría incluir la implementación temporal de una semana laboral de cuatro días, según informó Daniela Cavallo, jefa del comité de empresa, en un mensaje dirigido a los trabajadores. Cavallo, quien ha sido una de las figuras clave en las negociaciones laborales y de eficiencia con la dirección del grupo, señaló que este ajuste sería una medida transitoria durante el periodo de cambio en la línea de producción, derivado de la salida progresiva de modelos con motor de combustión interna. “A partir de 2027, una semana temporal de cuatro días no es un escenario descabellado”, dijo la representante sindical, al tiempo que instó a los trabajadores a tomar turnos adicionales en los próximos años para equilibrar las horas laborales que podrían reducirse durante la fase de transición.

Cae producción de Golf térmico Un giro hacia la electrificación

El acuerdo alcanzado en diciembre de 2024 entre Volkswagen y los sindicatos alemanes contempló una redistribución de su capacidad industrial. Una de las decisiones más relevantes fue el traslado de la producción del Golf con motor térmico —uno de los modelos más emblemáticos del grupo— desde Wolfsburgo hacia su planta en México, lo que ha generado incertidumbre entre los empleados de la sede central en Alemania. Sin embargo, Cavallo intentó ofrecer certezas. Aseguró que Wolfsburgo no perderá su papel estratégico dentro del conglomerado, ya que se prepara para albergar la producción del Golf eléctrico y de un sucesor del SUV compacto T-Roc, con cronogramas estimados hacia finales de la década. Estos planes buscan apuntalar el futuro de la planta, en momentos en que la demanda de vehículos con motores de combustión interna sigue cayendo en Europa. “La tendencia es un declive imparable (…) ¡El Golf debe irse a México! Tarde o temprano. De lo contrario, nuestra planta acabará encontrándose al final de estas estadísticas que acabo de mostrar”, afirmó Cavallo en una intervención publicada en la intranet corporativa y reproducida por Reuters. El comité de empresa difundió un gráfico que refleja esta caída: de más de un millón de unidades del Golf producidas en 2015, la cifra se ha reducido a poco más de 300,000 en 2024, y se prevé que apenas se fabriquen 250,000 unidades este año. Frente a este panorama, los sindicatos accedieron a un uso mínimo de la capacidad productiva durante el periodo de transición, lo que implica aceptar fases con menor carga laboral. Esta decisión, respaldada por una política de redistribución de turnos y ajustes salariales, forma parte del esfuerzo conjunto por sostener el empleo en la planta sin frenar la transformación industrial. El giro hacia la electrificación responde no solo a objetivos climáticos, sino también a la urgencia de mantener la competitividad frente a fabricantes chinos y estadounidenses, cuyas plataformas eléctricas están ganando terreno rápidamente. Wolfsburgo, cuna del grupo automotor más grande de Europa, se convierte así en un símbolo de la difícil pero inevitable transición de la industria automotriz global. La eventual semana laboral reducida se inserta en una tendencia más amplia de flexibilización de jornadas en sectores afectados por la automatización y la transición energética. Aunque todavía no se ha formalizado, el planteamiento refleja las tensiones entre productividad, sostenibilidad y estabilidad laboral que marcarán la próxima década en la industria. Con el Golf térmico en retirada, la apuesta por su versión eléctrica y nuevos modelos SUV será decisiva para que Wolfsburgo mantenga su relevancia en el ecosistema de Volkswagen. Con información de Reuters

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