Volatilidad y Divisas: los grandes desafíos de la tesorería actual

Vivimos una etapa marcada por tensiones geopolíticas y cambios en el comercio internacional que han tenido un impacto directo en el valor del peso mexicano. El tipo de cambio frente al dólar se ha vuelto más impredecible, con variaciones constantes que dificultan la planeación financiera. 

De acuerdo con cifras del Banco de México (Banxico), el tipo de cambio spot ronda los 18.7558 pesos por dólar, frente al cierre anterior de 18.6444. Esto representa una caída de 11.14 centavos, o un 0.60% para la moneda nacional.

El año pasado, el dólar subió un 18.81% según Investing.com. Y observando el panorama internacional, el déficit comercial de Estados Unidos alcanzó 1.212 billones de dólares, mientras que China reportó un superávit de 990 mil millones. Estos desequilibrios globales terminan repercutiendo en las empresas mexicanas que operan con monedas extranjeras.

Para muchas compañías, la nestabilidad del tipo de cambio es una preocupación diaria. Importadores, exportadores o empresas con operaciones en otras divisas enfrentan riesgos que pueden afectar sus flujos de efectivo. Por ello, buscar formas de protegerse ante la volatilidad se vuelve clave.

Algunas instituciones bancarias y financieras, como Banco BASE, recomiendan apoyarse en instrumentos de cobertura cambiaria diseñados específicamente para mitigar estos riesgos.

Entre las opciones están las estructuras de bonificación, que permiten conseguir mejores precios, o el “window forward”, una herramienta que te deja fijar hoy el tipo de cambio al que vas a comprar o vender dólares en el futuro, sin costo adicional. También existen las opciones de divisas, que funcionan como un seguro cambiario mediante el pago de una prima.

Utilizando estos instrumentos, las empresas pueden planear con mayor certeza, proteger su liquidez y evitar que los movimientos del mercado cambien sus planes financieros. 

Otra solución útil son los “forwards”, contratos que permiten acordar con anticipación el tipo de cambio para comprar o vender divisas en una fecha específica. Por ejemplo, si se debe pagar a un proveedor en dólares dentro de tres meses, se puede fijar hoy el tipo de cambio y evitar sorpresas.

También están las cartas de crédito, un recurso estratégico que garantiza el pago entre compradores y vendedores en operaciones internacionales. Hay dos tipos principales:

Las cartas de crédito comerciales, que aseguran el pago al exportador siempre que se cumplan los términos acordados.

Las cartas de crédito standby (SBLC), que funcionan como una garantía de pago si el comprador no cumple con lo pactado.

Estas herramientas ofrecen seguridad legal y operativa, reducen el riesgo de impago y dan confianza para hacer negocios incluso en contextos inciertos.

La volatilidad cambiaria ya no es una posibilidad lejana, sino una constante, por lo que, quienes operan a nivel internacional, necesitan protegerse. Las coberturas de divisas y las cartas de crédito pueden marcar la diferencia entre una empresa vulnerable y una preparada.

Además de brindar estabilidad financiera, estas soluciones ayudan a mejorar el control presupuestal, mantener la liquidez y tomar decisiones con mayor claridad.

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