Vivienda usada gana terreno en los polos industriales del país
El segmento de vivienda de segunda mano se consolida en regiones con vocación para la actividad industrial, logística y energética. Ubicación, tamaño y precio forman parte del atractivo de estos inmuebles para los compradores.
Lejos de ser considerado un mercado secundario, este segmento ha reforzado su presencia en los Polos del Bienestar impulsados por el Gobierno Federal. En urbes como Ciudad Juárez, Puebla, Hermosillo, Altamira o Tuxpan, las viviendas de segunda mano han comenzado a ganar terreno sobre la compra de inmuebles nuevos.
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“La llegada de nuevas inversiones industriales, logísticas y energéticas a estas regiones anticipa una presión creciente sobre el mercado, con incrementos sostenidos en los precios de este tipo de propiedades”, indicó la proptech Tuhabi.
Ciudad Juárez y Puebla: mercados activos
El auge industrial y la relocalización de empresas han fortalecido el mercado inmobiliario en Ciudad Juárez, donde no solo las naves industriales, sino también la vivienda usada son de los bienes raíces más buscados.
De acuerdo con la Asociación de Agentes Inmobiliarios y el Registro Público de la Propiedad, durante el primer semestre del 2025 se registraron 6,400 operaciones de compraventa, con un incremento de 10% en los precios.
Casi ocho de cada 10 transacciones pertenecen al segmento económico —con valores entre 500,000 y 1.5 millones de pesos—, lo que refleja su relevancia para las familias trabajadoras que buscan cercanía a los corredores industriales y mejor conectividad.
En Puebla, la tendencia es similar. Según Tinsa México by Accumin, 37% de las transacciones corresponde a inmuebles de segunda mano.
De acuerdo con datos de Inmuebles24, el precio promedio de este tipo de propiedades es de 2.7 millones de pesos, con una superficie aproximada de 201 metros cuadrados.
“Este comportamiento evidencia una clara preferencia por inmuebles de segunda mano debido a su mejor ubicación y accesibilidad”, destacó Tuhabi.
La empresa remarcó que en el mercado poblano se ha generado un balance competitivo entre valor y espacio, lo que posiciona a la vivienda usada como una opción atractiva frente a los desarrollos nuevos, cuyos precios se han encarecido por el aumento en los costos de construcción y la escasez de suelo urbano.
Expansión hacia nuevos polos
El fenómeno no se limita al centro del país. En Altamira, Tamaulipas, la oferta de vivienda usada —incluyendo unidades adquiridas originalmente con créditos del Infonavit— se ha sostenido gracias al desarrollo del corredor industrial y logístico del Golfo.
En Tuxpan, Veracruz, el inventario de casas de segunda mano publicado en portales inmobiliarios confirma la tendencia hacia este segmento en zonas con vocación portuaria y energética.
Mientras que en Campeche la comercialización de viviendas en áreas coloniales refuerza el peso de la segunda mano como protagonista en el sector inmobiliario.
“El común denominador en todos estos polos es claro: la vivienda usada ofrece ventajas competitivas como son el precio, la superficie y la ubicación, aunque enfrenta retos como la disponibilidad limitada de inventario y la necesidad de financiamiento accesible”, indicó Tuhabi.
Tecnología para agilizar el mercado
Ante este panorama, Tuhabi ha desarrollado soluciones tecnológicas basadas en inteligencia artificial que permiten generar avalúos automáticos en segundos y digitalizar procesos legales, para reducir hasta 35% los tiempos de escrituración.
“La vivienda usada es la clave para transformar la experiencia de compraventa en América Latina. Apostamos por este segmento porque creemos que el futuro del sector dependerá de ofrecer procesos más ágiles, confiables y seguros para las familias”, afirmó Juan Carlos Hartasanchez, director global de Asuntos Corporativos y Política Pública de Tuhabi.
Gracias a los avances en innovación, la compañía ha logrado transacciones 35% más rápidas, reducciones de hasta 50% en costos operativos y la implementación de nuevas soluciones seis veces más rápido que el promedio regional.
“El futuro de los Polos del Bienestar estará determinado por la capacidad de las compañías para evolucionar de modelos tradicionales hacia estrategias basadas en innovación, digitalización y servicios centrados en las personas”, apuntó la proptech.



