Venezuela recibe más presión por sus disputas territoriales
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La disputa entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo se agudizó en los últimos meses y se suma a las otras presiones internacionales que el régimen de Nicolás Maduro enfrenta. Las autoridades electorales de Guyana anunciaron este lunes que el país reforzará la seguridad en el Esequibo, una zona rica en petróleo y minerales, durante las elecciones presidenciales y legislativas del 1 de septiembre.
“Obtuvimos una garantía de seguridad, los planes no son definitivos”, declaró el subdirector de elecciones de la Comisión Electoral de Guyana, Aneal Giddings, durante una rueda de prensa. La policía y las fuerzas de defensa plantearon “sus preocupaciones” sobre la seguridad durante las reuniones preparatorias, remarcó Giddings. El presidente Irfaan Ali, con una postura firme sobre el tema del Esequibo frente a Caracas, es el favorito en las elecciones presidenciales.
¿Por qué Venezuela y Guyana se disputan el Esequibo? Georgetown, que asegura que Caracas busca anexar dos tercios de la superficie de Guyana, sostiene que el trazado de su frontera, que data de la época colonial británica, fue ratificado en 1899 por un Tribunal de Arbitraje en París. Georgetown pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que lo confirme. Venezuela, por su parte, asegura que un acuerdo firmado en 1966 con los británicos en Ginebra —antes de la independencia de Guyana— sienta las bases para una solución negociada fuera de la CIJ y sostiene que el río Esequibo debe ser la frontera natural, como lo era en 1777 en tiempos de la colonización española. La reivindicación del Esequibo era (y sigue siendo en gran medida) uno de los pocos temas que une a los venezolanos de todas las tendencias políticas, y Hugo Chávez insistió en la postura venezolana de larga data. Sin embargo los esfuerzos por promover la reivindicación sobre Venezuela fueron minimizados durante el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) y sólo fueron retomados por su sucesor, Nicolás Maduro, una década después de la muerte de Chávez. La disputa se reavivó cuando la petrolera estadounidense ExxonMobil descubrió inmensas reservas de petróleo en 2015.
Elecciones en el Esequibo
“Irónicamente, ExxonMobil había salido de Venezuela el año anterior después de que el gobierno expropiara sus activos sin compensación e impusiera cambios radicales en las condiciones bajo las cuales las compañías petroleras extranjeras podían operar en el país”, señala Phil Gunson, analista senior para la región andina del International Crisis Group en un artículo. Guyana posee las mayores reservas de petróleo per cápita del planeta y espera que esta riqueza le permita salir de la pobreza en la que vive gran parte de su población. Este país produce actualmente más de 600,000 barriles de crudo por día. “Gran parte de su petróleo offshore se encuentra bajo aguas sobre las que Venezuela reclama soberanía, en parte basada en su argumento de control sobre el Esequibo. Para el gobierno de Maduro, que intentaba rescatar una economía que se contrajo hasta en un 80% durante su primera década en el poder y enfrentaba sanciones devastadoras, la reclamación del Esequibo comenzó a cobrar una relevancia mucho mayor en su cálculo económico”, dice el analista. “El anuncio del gobierno venezolano, el 7 de enero, de su intención de celebrar elecciones en el recién creado estado de Guayana Esequiba, que incluye buena parte de la vecina Guyana, fue el preludio de la más reciente ronda de fricciones”, indica Gunson.
Venezuela organizó en 2023 un referendo sobre la soberanía del Esequibo, que consultaba sobre creación de un estado parte de Venezuela para el territorio. Una ley aprobada al año siguiente formalizó el proceso y en estos comicios se eligieron por primera vez las autoridades. Guyana trató de impedir que los comicios ocurrieran. El 6 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores guyanés solicitó formalmente “medidas provisionales” a la CIJ destinadas a disuadir a Venezuela de incluir el Esequibo. Guyana reforzó su presencia militar en la frontera de cara a las elecciones. Y denunció la semana pasada un presunto ataque a sus tropas en la misma zona donde reportó otro en marzo. Sin embargo, las elecciones se celebraron el 25 de mayo, pero se llevaron fuera de la zona en litigio, en una microcircunscripción de poco más de 21,400 habitantes que abarcó cuatro poblaciones venezolanas cercanas a la línea fronteriza en el estado Bolívar. Neil Villamizar, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), es el primer gobernador del recién creado estado 24 de Venezuela. Las elecciones fueron un paso más para lograr la “soberanía plena” de ese territorio, dijo a la AFP Villamizar poco antes de votar en el pueblo de El Dorado. “Estamos centrados en esa tarea: lograr por la vía pacífica, por la vía establecida en el Convenio de Ginebra, la recuperación de la soberanía plena en la Guayana Esequiba, en paz, con armonía, practicando la diplomacia”, añadió.
Meses de tensiones
Una serie de tensos encuentros por mar y tierra a lo largo de la frontera entre Venezuela y Guyana reavivaron recientemente los temores de que pueda estallar un conflicto entre los dos países sudamericanos. El 1 de marzo, un buque de guerra de la guardia costera venezolana se acercó a embarcaciones petroleras de ExxonMobil, que operaban en el bloque offshore Stabroek, al noreste de la capital guyanesa, Georgetown, para informarles que se encontraban en lo que Venezuela considera su zona económica exclusiva. En respuesta, el gobierno guyanés movilizó su fuerza aérea y guardia costera a la zona, notificó a organizaciones multilaterales y a sus aliados, y emitió una queja formal por lo que calificó como una amenaza a su integridad territorial. La mayoría de la comunidad internacional se puso del lado de Guyana. Los líderes de la Organización de los Estados Americanos, la Mancomunidad de Naciones, la Comunidad del Caribe (Caricom) y varios gobiernos, incluidos los de Francia, Canadá y el Reino Unido, protestaron por las acciones venezolanas. La Fuerza Armada de Venezuela se declaró el 6 de abril en “alerta” por un supuesto plan de “falsa bandera” para atacar a la petrolera estadounidense ExxonMobil en Guyana y culpar al gobierno de Nicolás Maduro. “Caracas podría verse tentada a emplear la fuerza de las armas para hacer valer sus pretensiones, dada la enorme disparidad entre el tamaño y la capacidad de sus fuerzas armadas y las de la minúscula Fuerza de Defensa de Guyana”, explica Gunson.
Pero cualquier acción de este tipo desencadenaría una respuesta regional e internacional inmediata a nivel diplomático e incluso, potencialmente, militar. El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, advirtió en marzo que cualquier ataque contra Guyana y “no terminaría bien” para Venezuela. A medida que el ruido de sables se ha intensificado, algunos aliados de Guyana han enviado señales explícitas de que actuarían en defensa del país en caso de ataque. En enero de 2024, Londres envió un buque patrullero de altamar, el HMS Trent, de visita a Georgetown para reafirmar su compromiso con la seguridad guyanesa. Washington ha enviado altos funcionarios civiles y militares, desplegado recursos militares en la región, realizado ejercicios conjuntos con la Fuerza de Defensa de Guyana y firmó a principios de 2025 un memorando de entendimiento sobre cooperación en materia de seguridad con Georgetown. Venezuela está en desacuerdo sobre la cuestión del Esequibo no solo con sus adversarios tradicionales, sino también con algunos de sus aliados más cercanos, como La Habana y, potencialmente, Beijing, cuya Corporación Nacional de Petróleo Offshore de China (CNOOC) tiene una participación del 25% en el bloque Stabroek. No se espera que la CIJ se pronuncie sobre la disputa hasta al menos mediados de 2026, y dada la intención anunciada por Venezuela de ignorar el resultado de sus deliberaciones, es poco probable que ese veredicto marque el final del asunto. El periodo entre las elecciones de Guyana y la decisión de la CIJ será especialmente tenso.
La delincuencia La delincuencia en la región ha generado cada vez más disputas interestatales. En un incidente ocurrido el 17 de febrero, seis soldados guyaneses resultaron heridos por armas de fuego en la frontera entre Venezuela y Guyana en un ataque que parece haber derivado de un malentendido entre las fuerzas de seguridad guyanesas y miembros de un grupo del crimen organizado venezolano que intentaban extorsionar a la tripulación de un bote. El ministro de Relaciones Exteriores guyanés, Hugh Todd, culpó al gobierno venezolano por no poner freno a la actividad criminal, diciendo que “la inacción… es complicidad”, mientras que su homólogo venezolano, Yvan Gil, calificó el incidente como una “operación de falsa bandera… diseñada para manipular la opinión pública y desviar la atención de las violaciones al derecho internacional que Guyana comete en la Guayana Esequiba”. Reportes recientes de operativos militares y denuncias de la sociedad civil evidencian el fortalecimiento de mineros brasileños en el sur de Venezuela, luego de una ofensiva gubernamental en Brasil. A mediados de mayo de 2024, el ejército venezolano desmanteló un campamento minero que presuntamente pertenecería a garimpeiros, el nombre común para referirse a mineros ilegales provenientes de Brasil, en el municipio Alto Orinoco, estado Amazonas. En la zona, que es fronteriza con Brasil, fueron halladas plantas eléctricas, combustible, compresores y bombas de succión. El procedimiento fue realizado en el marco de la Operación Neblina 2024. “El sur de Venezuela experimenta un efecto globo. Tras la llegada de Luiz Inácio Lula Da Silva a la presidencia de Brasil, el gobierno brasileño ha incrementado los operativos que tienen como objetivo erradicar la minería ilegal de la Amazonía brasileña, provocando que se abra una válvula de escape hacia suelo venezolano, donde hasta ahora no habían sido perseguidos con tal vehemencia”, indica un reporte de InSight Crime. “Lula entró y comenzó a tomar medidas enérgicas contra los garimpeiros en el norte de Brasil, específicamente en el territorio Yanomami. Y lo que pasó es que estos mineros se han ido desplazando más al norte, hacia Venezuela”, dijo Cristina Burelli, fundadora de SOS Orinoco, a InSight Crime. Con información de AFP
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