Ven desinterés gubernamental y sabotaje al sistema
Al cumplirse una década de la creación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), expresidentes del Comité de Participación Ciudadana (CPC) señalaron que el sistema no ha cumplido con las expectativas ciudadanas; además de que enfrenta problemáticas como desinterés gubernamental, sabotaje institucional o fracaso en su modelo de liderazgo civil.
Jorge Alatorre, expresidente del SNA, recordó que éste fue diseñado como un esfuerzo de coordinación entre autoridades con facultades para combatir la corrupción. Sin embargo, señaló que, pese a que se diseñó una política nacional, un plan de implementación y una plataforma digital, muchos de estos esfuerzos han sido socavados.
A su juicio, el debilitamiento de las secretarías ejecutivas tanto a nivel federal como estatal, clave en el funcionamiento técnico del sistema, ha sido determinante para el estancamiento. “Difícilmente pueden continuar estos acuerdos o políticas si mediante ataques, descalificaciones y francas campañas de desprestigio se les sabotea”, afirmó.
En su opinión, otro factor que ha mermado la operación del sistema, agregó, es la distorsión del papel de la ciudadanía. “La representación ciudadana ha sido menoscabada. No puede funcionar si deja de ser crítica, consistente y con sustancia”, dijo. Cuando en lugar de supervisar se busca agradar a quienes ejercen el poder, el sistema pierde sentido, advirtió.
Alatorre Flores también denunció que “en la plataforma digital nacional hay varios Estados que arrastran los pies para poder incorporar la información a la que están obligados y cuando se les empieza a exigir de repente lo que se hace es una decapitación de la secretaría”.
Por su parte, la expresidenta del Sistema, Magdalena Rodríguez, consideró que a 10 años de su puesta en marcha, el SNA no ha logrado consolidarse como una política efectiva.
“No hay herramientas para que esto funcione. Romantizamos mucho que el ciudadano está al centro del sistema, pero eso ha sido más una narrativa moral que una realidad operativa”, dijo.
La exintegrante del Sistema remarcó que el SNA ha sido víctima de la dispersión institucional, pues las entidades que lo conforman —como la Secretaría de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación y la Fiscalía Anticorrupción— actúan bajo sus propios objetivos y no en una dirección común.
También criticó que las reuniones del Comité Coordinador se han convertido en simples espacios para rendir informes, en lugar de generar acciones de fondo.
Rodríguez subrayó que el sistema ha fallado en ejes clave como la prevención, la promoción de la integridad en el servicio público, la transparencia, la fiscalización y, sobre todo, en la denuncia ciudadana. “Nadie sabe cómo ni dónde denunciar, y mucho menos qué va a pasar si lo hace”, afirmó.
Soluciones para el SNA
Ante estos escenarios, Jorge Alatorre propuso que el Comité Coordinador debe comenzar a utilizar las facultades que ya tiene para emitir extrañamientos y sanciones a las instituciones omisas. También llamó a las representaciones ciudadanas a señalar cuando las auditorías no derivan en consecuencias o cuando las investigaciones no avanzan.
Por su parte, Magdalena Rodríguez explicó que el Sistema no “puede estar negado a ninguna posibilidad (ya sea fortalecimiento o reforma) que pueda ayudar, porque la corrupción se va diversificando en diferentes mecanismos, en diferentes formas”.