¿Vecinos distantes?

“Es guapa”, dijo sobre ella. En tiempos de mujeres, ese elogio podría ser interpretado como un oprobio, pero la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, no pareció ofenderle. Tampoco, a los italianos, uno de los países donde Donald Trump tiene opiniones más favorables.

La popularidad del presidente de Estados Unidos en Europa no es buena. En Italia, apenas 28% de los ciudadanos tiene una opinión favorable, pero en Dinamarca, solo 5% tiene expresiones positivas sobre Trump.

La empatía entre Meloni y Trump es notable y además de la simpatía personal, se explicaría por su identidad ideológica. En el Reino Unido, el respaldo popular al mandatario estadounidense cerrará el 2025 en 22%, con una pequeña salvedad: en el ranking de los 100 políticos más populares entre los británicos, Trump ocupa el lugar 50; Barack Obama, la segunda posición.

Los datos son de You.Gov, el visor de datos del Centro de Investigación sobre la Opinión Pública de la Universidad de Cambridge, donde claramente distinguen entre la fama y la popularidad de los líderes políticos.

“Tu presidenta está aquí y haciendo un excelente trabajo. Es una buena mujer”, dijo Trump a Inés Sainz, conductora de TV Azteca que transmitía en vivo el evento organizado por la FIFA. Antes se ha referido a Claudia Sheinbaum como una persona “muy inteligente”.

El presidente de Estados Unidos todavía no sostiene una reunión oficial, en apego al protocolo, con su homóloga mexicana. El pasado viernes coincidieron por primera vez en persona, en el marco del sorteo de la Copa Mundial 2026, junto con el primer ministro de Canadá, Mark Carney.

Sus expresiones sobre la política, la economía y la seguridad en México, por el contrario, han sido demoledoras. Y la actitud de la Presidenta de México, escrupulosa.

¿Y si esa parsimonia no empatara con los sentimientos de los mexicanos? Los productores agrícolas no han padecido el castigo de los aranceles, pero ya pagan por la dureza de la política proteccionista de nuestro vecino del norte, que ha cerrado la frontera a los productos cárnicos y restringirá el acceso a otras materias primas que no cumplan con sus reglas.

Las mayores humillaciones recientes, sin duda, para los mexico-americanos y los indocumentados. Con representantes de los primeros dialogó la presidenta en la capital estadounidense, tras de la ceremonia en el Kennedy Center y la fotografía con sus homólogos de América del Norte.

A saber, si para fijar su postura, Sheinbaum ha visto el saldo de opinión de Trump entre los mexicanos, en ambos lados del Río Bravo. Seguro ha tomado en cuenta el ideario lopezobradorista y los principios de Morena; al grado de que proscribió –con la reforma al artículo 40 constitucional— cualquier intervencionismo extranjero.

La contención de los grupos criminales que han envenenado a la juventud de Estados Unidos, el asunto más álgido de la relación bilateral. La presidenta de México ha hecho valer tres postulados: respeto a la soberanía y a la integridad territorial, responsabilidad compartida y diferenciada, colaboración sin subordinación.

¿Y la relación comercial? “Podemos tener buena relación con Estados Unidos poniendo nuestros principios al frente”, insistió Sheinbaum en su arenga sabatina, a propósito del séptimo año del renacimiento de México.

“Ambas economías nos necesitamos para poder competir con otras regiones del mundo”, confía. ¿Será suficiente para salvar al Tratado de Libre Comercio?

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