Un velero en busca de náufragos se enfrenta a leyes cada vez más duras para las ONG en el Mediterráneo central
“Vamos a estar solos”, anuncia a la tripulación Esther Camps, coordinadora de operaciones del velero Astral, de la ONG española Open Arms. La embarcación partió de Badalona el 17 de julio rumbo al Mediterráneo central para colaborar en el rescate de migrantes a la deriva en su intento de alcanzar Europa. Más de una veintena de barcos de salvamento marítimo humanitario operan habitualmente en estas aguas, entre el norte de África y las costas europeas, y no es difícil coincidir con alguno, pero las políticas del Gobierno italiano para limitar su presencia en el mar ha dejado prácticamente solo al Astral en la zona SAR (Búsqueda y Rescate, por sus siglas en inglés), una extensión de unos 500.000 kilómetros cuadrados, equivalente a un país como España.