Un segundo partido ultraortodoxo abandona el gobierno israelí

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El gobierno de Benjamin Netanyahu en Israel vive una crisis interna. Miembros del partido ultraortodoxo Shas anunciaron el miércoles su dimisión en protesta porque la coalición no logró sacar adelante una ley para eximir a su comunidad del servicio militar. Los integrantes de Shas siguen los pasos de otro partido ultraortodoxo, “Judaísmo Unificado de la Torá”, que abandonó la coalición de gobierno el lunes, también a raíz del debate sobre el reclutamiento militar.

Sin embargo, la formación no retiró su apoyo a la coalición gubernamental en el Parlamento y señaló que no apoyará ninguna eventual moción de censura. La partida del primer partido del primer ministro Benjamin Netanyahu con una estrecha mayoría de 61 escaños, de los 120 que tiene el Parlamento. Si el partido Shas hiciera lo mismo, Netanyahu se quedaría con un gobierno en minoría y frágil, apoyado solo por 49 diputados. Un dirigente de la oposición, Yair Lapid, instó al primer ministro a convocar elecciones anticipadas, pese a la guerra en la Franja de Gaza. “Un gobierno minoritario no puede enviar a soldados al frente”, declaró Lapid en un video. “Es hora de organizar elecciones”, insistió. El gobierno de Netanyahu, formado en 2022, se mantiene gracias a una alianza entre el partido del primer ministro, el Likud (derecha), formaciones de ultraderecha y partidos judíos ultraortodoxos. El Parlamento israelí inicia un receso de verano de tres meses el 27 de julio, lo que da tiempo a Netanyahu para intentar resolver el antiguo problema de si los estudiantes ultraortodoxos deben seguir exentos del servicio militar. Según un acuerdo que se remonta a la creación del Estado de Israel, en 1948, los hombres haredim (“temerosos de dios”) se beneficiaron, durante décadas, de una exención militar de facto, siempre y cuando se dediquen totalmente a estudiar los textos sagrados del judaísmo en las escuelas talmúdicas. Pero la Corte Suprema cuestionó esa exención en los años 2000, por lo que gobiernos sucesivos han tenido que aprobar enmiendas legislativas temporales que contenten a los ultraortodoxos, claves en muchos casos a la hora de forjar coaliciones. Con información de AFP y Reuters

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