Tu reputación ya no está en Google

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Durante años creímos que tener una página bien posicionada en Google era la cima de la visibilidad. Si alguien te buscaba, te encontraba. Y eso era suficiente.

Hoy ya no. Ahora no te buscan. Te aparecen. Y si no apareces, no existes. La visibilidad dejó de ser una cuestión exclusiva de “palabras clave” y pasó a ser una cuestión de relevancia algorítmica. El nuevo buscador se llama feed. Y los nuevos jueces de autoridad son los algoritmos de TikTok, LinkedIn, YouTube o Instagram. No importa si eres experto, si tienes 20 años de experiencia o si tu currículum es tan extenso como para impresionar a cualquiera. Si el algoritmo no te reconoce como relevante, simplemente no te muestra. Y eso, para muchos emprendedores y profesionales, es un golpe al ego. A veces me escriben asesores de ventas, empresarios, creadores de contenido, y me dicen: —“Pero Sergio, antes tenía tráfico. Yo tengo una página, tengo artículos, tengo premios, ¿por qué nadie me ve?”. Y la respuesta suele ser incómoda: porque Google ya no es quien decide si existes o no. Hoy la Inteligencia Artificial que vive dentro de cada plataforma —ese código invisible que selecciona, predice, recomienda y elimina— es la que construye tu reputación digital. No te evalúa por lo que sabes, sino por lo que generas: atención, interacción, tiempo de visualización, consistencia. Tu marca personal ya no vive en tu currículum. Vive en tu algoritmo. Y eso puede sonar frío, pero también es liberador. Porque cualquiera, literalmente cualquiera, puede aprender a hablarle bien a ese algoritmo si entiende una cosa: que detrás de él hay personas. Pero esto no aplica solo para individuos. También aplica para marcas, empresas, despachos o proyectos que siguen creyendo que tener un sitio web y un logo bonito es suficiente para existir digitalmente. Ya no lo es. El algoritmo no distingue entre una persona y una empresa: analiza comportamientos, no títulos. Detecta movimiento, interacción, coherencia, frecuencia. Si tu marca no conversa, no responde, no genera contenido que conecte, te borra del mapa digital, aunque pagues campañas o tengas una agencia detrás. La reputación de una empresa hoy depende tanto de su capacidad de respuesta como de su capacidad de presencia. Si no hablas, otros hablarán por ti. Y si no apareces, simplemente desapareces. Lo mismo le ocurre a los fundadores, directores o voceros que no se muestran. La gente confía más en las caras que en los logos. Y en los próximos años esa tendencia se hará todavía más evidente: los proyectos con rostro humano sobrevivirán, los que no, serán invisibles. Durante años trabajé con marcas obsesionadas con el posicionamiento SEO, yo mismo lo estuve. Hoy les digo que la próxima ola no se llama Search Engine Optimization, sino Artificial Influence Optimization (AIO). Y no se trata de ponerle más hashtags ni trucos de visibilidad. Se trata de entender cómo el algoritmo interpreta lo humano. Si tu contenido genera conversación, si tu presencia es coherente, si tus señales digitales son claras, te mostrará. Si no… te entierra. Y lo hará más rápido de lo que imaginas. Porque en los próximos años este cambio será todavía más profundo. Las nuevas herramientas de inteligencia artificial —los asistentes, los motores de recomendación y las plataformas conversacionales— reconfigurarán completamente la forma en que buscamos, descubrimos, decidimos y compramos cualquier producto o servicio. Ya no le preguntaremos a Google, sino a una IA. Y esa IA responderá con base en lo que haya aprendido de nosotros, de nuestras preferencias, de nuestros patrones de consumo. Las empresas y las personas que no estén presentes en esos ecosistemas serán, literalmente, invisibles para el futuro consumidor. Por eso construir presencia digital hoy no es una opción de marketing, es una estrategia de supervivencia. No se trata de “ganarle al algoritmo”, sino de aprender a convivir con él.

Tu reputación ya no está en Google. Está en el algoritmo. Y si eso te incomoda, quizá es porque todavía estás pensando como antes. La buena noticia es que todavía estás a tiempo. De humanizar tu presencia. De construir una marca que conecte. De aparecer en los lugares donde se decide la atención. Y esta es una responsabilidad imposible de delegar. Te toca a ti. No busques que te encuentren. Haz que el algoritmo no pueda ignorarte. ____ Nota del editor: Sergio F. Esquivel es Estratega Digital. Síguelo en @sergiofesquivel Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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