Tu dinero y la inteligencia emocional (Parte 1 de 2)

Hoy se habla por todos lados sobre inteligencia artificial. En redes sociales veo posts “virales” que dicen: “no necesitas saber nada, simplemente usa estos prompts y saldrás de deudas en menos de un año”.

Te venden que dos o tres instrucciones resolverán todos tus problemas. Y a la gente le encantan las soluciones “mágicas”.

Lo que no te dicen es que la inteligencia artificial muchas veces produce resultados cuestionables. Todo depende de qué le digas, cómo se lo digas, qué información le des y aún así tienes que tener el criterio para interpretar si el “plan” que te arroja es correcto y a tu alcance.

Peor aún, te dicen: “esta IA es 10 veces mejor que tú haciendo trading, aquí están estos prompts para que te vuelvas rico sin esfuerzo”. Ojalá fuera tan fácil. Un poco de criterio y conocimiento te dirá que no lo es.

La inteligencia artificial es una herramienta muy poderosa, pero hay que saber utilizarla con inteligencia.

No todo es inteligencia artificial, ni tampoco intelectual. Hay otro tipo de inteligencia que puede ser aún más importante: la emocional. Muchísimos estudios han demostrado que nuestro nivel de inteligencia, entendiéndose como IQ (coeficiente intelectual), tiene muy poco que ver con la cantidad de nuestro patrimonio.

De hecho, mucha gente que cuenta con un IQ arriba del promedio, aunque suelen tener la habilidad de obtener mayores ingresos, esta relación no es cierta cuando se toma en cuenta el valor del patrimonio que logran acumular en su vida.

Saber esto es es reconfortante. La gente que es más inteligente que yo comete también muchos errores grandes en el manejo de su dinero, como cualquiera. Hay muchas teorías por las cuales eso sucede, una de las cuales puede ser que esa inteligencia puede traducirse, por ejemplo, en demasiado conservadurismo. Otra, más reciente, hace mención de que la gente que más éxito tiene no necesariamente es la más inteligente (es decir, la que tiene el IQ más elevado), sino la que ha desarrollado inteligencia emocional.

Exploremos algunas características importantes de quienes logran no sólo controlar sus emociones, sino aprovecharlas para lograr más:

1. Transforman sus fracasos en éxitos. Muchos millonarios exitosos comenzaron fracasando severamente, y muchas veces. Muchos de ellos valoran esos tropiezos porque reconocen que gracias a ellos y a que pudieron levantarse, generaron experiencia valiosa que posteriormente transformaron en logros inmensos.

2. Crean sus propias reglas. Mucha gente que logra amasar un patrimonio considerable, no fue la más brillante en la escuela. Son personas creativas, intuitivas, pero sobre todo muy inquietas. Entienden cómo es la vida y huyen de las estructuras. Rompen reglas establecidas para crear otras mejores. Rompen esquemas tradicionales tales como “eso no puede hacerse, nunca nadie lo ha hecho” para transformarlos en “el que nadie lo haya hecho no significa que no puede hacerse”.

3. Trabajan en equipo y sinergizan. Las personas verdaderamente exitosas son las que trabajan con los demás, y saben rodearse de gente mejor que ellos mismos: de gente más “inteligente”. Crean sinergias y por lo tanto logran más, mucho más de lo que podrían realizar de manera independiente.

4. Comienzan con un fin en mente. Saben muy bien de dónde vienen, pero sobre todo hacia dónde quieren ir. La creación del patrimonio no es su prioridad principal: sino lo que quieren hacer con él. Valoran la independencia financiera no como un medio para gastar y “vivir bonito”, sino como lo que es: la capacidad de lograr más y de no depender de la falta de liquidez para tomar sus decisiones de vida. Tienen un enorme respeto por su dinero y por el de los demás.

5. Conocen el riesgo y lo manejan a su favor. Como mencionamos anteriormente, las personas con un alto IQ suelen huir de los riesgos. Se dan cuenta que el riesgo es alto y muy variado, y suelen protegerse excesivamente. Por el contrario, las personas con inteligencia emocional aprenden a manejar el riesgo: invierten cuando los demás huyen – y por lo tanto obtienen verdaderas gangas – y venden cuando todos están dispuestos a comprar, tomando entonces sus utilidades.

6. Son modestos. Saben que el éxito es producto de su talento para usar los talentos de otros en labores que beneficien al grupo. Reconocen sus limitaciones, pero también saben de sus habilidades innatas. No tratan de aparentar más de lo que son, simplemente porque no lo necesitan: saben perfectamente bien quién son.

7. Viven por debajo de sus posibilidades. Esta es quizá la parte más importante. Son personas que, como logran controlar sus emociones y usarlas a su favor, entienden que construir un patrimonio requiere ahorrar e invertir parte de lo que ganan. Suelen pagarse primero a sí mismos con religiosa disciplina, y van construyendo poco a poco lo que en el futuro les permitirá obtener el mayor logro con el que soñaron.

admin