¿Tu coche se inundó? Lo que aprendí sobre seguros tras una tormenta en CDMX

Llovía con fuerza esa tarde en la Ciudad de México. No era una lluvia común, sino una de esas tormentas que hacen que el agua suba por banquetas, arrastre basura y transforme avenidas en ríos improvisados. Estaba en la zona de Coyoacán, y mi auto —un Nissan Sentra— había quedado estacionado cerca de una torre de luz.
Conforme pasaban los minutos, el agua comenzó a subir. En menos de una hora, ya había alcanzado los estribos del coche. Cuando fui a revisar, el agua se colaba por debajo de las puertas y alcanzaba la base de los asientos. El miedo no fue solo por el coche: justo encima, la torre de luz comenzó a chispear. Los cables eléctricos zumbaban peligrosamente.
En ese momento, supe que tenía que actuar rápido. Llamé a mi aseguradora. Para mi tranquilidad, tenía contratada una póliza amplia, con cobertura por inundaciones. Me pidieron enviar fotos y videos para documentar el siniestro. Todo parecía indicar que sería pérdida total… hasta que me dieron una instrucción inesperada: “¿Puede intentar moverlo, aunque sea unos metros?”
El riesgo eléctrico era evidente. Pero también entendía que, en términos de seguros, todo debe documentarse, evaluarse y cumplir ciertos protocolos. Me metí al coche con cuidado, el agua me llegaba casi a las rodillas, y lo encendí. Alcancé a moverlo. Pero esa maniobra hizo que le entrara más agua. Lo suficiente para que no fuera pérdida total… pero tampoco un auto funcional por completo. El veredicto: reparación y pago de deducible.
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Lo que aprendí sobre seguros (y que todos deberíamos saber)
Aunque mi póliza cubría daños por inundación, el proceso me dejó claro varios puntos clave que cualquier conductor en México debería tener presentes:
1. La cobertura de inundaciones no es automática. Muchas pólizas “amplias” no incluyen fenómenos hidrometeorológicos a menos que se contraten específicamente. Es clave revisar las letras pequeñas.
2. Tener seguro no basta, hay que entenderlo. Saber cuál es tu deducible, qué eventos están cubiertos, qué pasa si tú provocas un daño adicional (como mover un auto inundado), puede marcar la diferencia entre un gasto mayor o uno contenido.
3. Documentar todo es esencial. Las fotos, los videos, los testigos. Todo lo que respalda la narrativa del siniestro facilitará el proceso con la aseguradora.
4. El tiempo es oro. En eventos como este, cada minuto cuenta. Reportar a tiempo y seguir las instrucciones del seguro puede cambiar el desenlace.
Un siniestro puede afectar tus finanzas si no estás preparado
Pagué un deducible. No fue una pérdida total, pero sí tuve que afrontar reparaciones importantes y, por un tiempo, moverme sin auto. Afortunadamente, gracias al seguro, no fue un golpe financiero devastador.
Sin embargo, para muchas personas, un evento así puede significar un desequilibrio económico fuerte si no tienen un seguro adecuado, ahorros de emergencia o conocimiento del proceso.
Hoy, cada vez que renuevo mi póliza, reviso con atención las coberturas. Si viajo por zonas propensas a inundaciones o estaciono el coche en la calle, me aseguro de que esté cubierto. Y sí, sigo tomando fotos cuando algo parece inusual. Porque cuando llega el siniestro, la mejor arma no es la suerte… sino la previsión.
“Pensé que mi coche sería pérdida total tras una inundación, pero el verdadero aprendizaje fue financiero: tener el seguro adecuado, entenderlo y saber cómo actuar en un siniestro puede marcar toda la diferencia”.