Trumpismo respalda a AfD tras su designación como partido extremista en Alemania

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Los servicios de inteligencia interior de Alemania clasificaron el viernes a Alternativa por Alemania (AfD) como un “movimiento extremista de derecha demostrado”, decisión que desató críticas desde el ala republicana en Estados Unidos y reavivó tensiones con Berlín.

Washington reacciona

La Oficina para la Protección de la Constitución, encargada de la vigilancia del orden democrático, justificó la medida al señalar que la ideología de la AfD “desvaloriza grupos enteros de la población en Alemania y atenta contra su dignidad humana”. Afirmó además que esta postura “no es compatible con el orden democrático fundamental”. Esta designación permite al Estado desplegar mayores herramientas de vigilancia sobre el partido, incluidas intervenciones en comunicaciones privadas, lo que permitirá un debate más amplio sobre la posible ilegalización de la formación. El partido ultraderechista, fundado en 2013, calificó la decisión como un ataque contra la democracia. “Golpe duro para la democracia alemana”, afirmaron en un comunicado sus copresidentes, Alice Weidel y Tino Chrupalla. “El partido continuará defendiéndose jurídicamente contra estas peligrosas difamaciones para la democracia”, añadieron. AfD obtuvo más del 20 % de los votos en las elecciones legislativas del 23 de febrero, duplicando su resultado previo. Desde entonces, supera en algunos sondeos a la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la principal fuerza conservadora, cuyo líder, Friedrich Merz, será investido canciller el próximo martes. La agencia de inteligencia alemana clasificó como extremistas a las juventudes del partido y a varias de sus estructuras regionales en la antigua Alemania Oriental co anterioridad. En su comunicado, también denunció una “actitud globalmente hostil hacia los migrantes y los musulmanes” dentro del discurso del partido. “La agitación continua contra los refugiados o los migrantes favorece la propagación y la profundización de los prejuicios, del resentimiento y del miedo hacia ese grupo de personas”, señaló la Oficina. El jefe de la diplomacia estadounidense, el senador republicano Marco Rubio, acusó a Berlín de utilizar mecanismos autoritarios contra la oposición. “Alemania acaba de dar a su agencia de espionaje nuevos poderes para vigilar a la oposición”, escribió Rubio en la red social X. “Eso no es democracia: es tiranía disfrazada”, añadió, y pidió a las autoridades que den “marcha atrás”. Rubio también defendió a la formación alemana. “Lo verdaderamente extremista no es la popular AfD, que quedó segunda en las recientes elecciones, sino las mortíferas políticas de inmigración de fronteras abiertas del establishment a las que se opone la AfD”, afirmó. No es la primera vez que figuras del trumpismo intervienen en la política interna alemana. En febrero pasado, el vicepresidente estadounidense JD Vance provocó polémica durante una intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde afirmó que la libertad de expresión está “retrocediendo” en Europa, particularmente en Alemania. En ese foro, denunció el ostracismo de la AfD y exigió el fin del “cordón sanitario” que aísla a la formación de alianzas con otros partidos. Con información de AFP.

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