Trump vuelve a separar familias: dos madres denuncian que las deportaron a Cuba y Venezuela sin sus bebés

Carlos Yuniel Valle cargó en brazos el miércoles a su hija Kailyn, de un año y cuatro meses, y se dirigió a la consulta con el neurólogo en una clínica de Tampa (Florida). Fue la madre del hombre —y abuela de la menor— quien entró en el centro médico, le agarró la mano a la niña, la calmó, la acostó en la camilla y ayudó a colocar los cables multicolores en su cabeza, como parte de un estudio para descifrar la causa de sus reiteradas convulsiones. Esta vez la niña empezó a gritar con una fuerza desmedida, un llanto incontenible que dejó exhaustos a los doctores. “Lo único que gritaba era mamá y mamá”, contaba el padre poco después. “Me partió el alma”. La madre de la pequeña había sido deportada, sin previo aviso, una semana antes.