Trump: Rambo anaranjado
Un día antes de que comenzara la cumbre del Grupo de los Siete en Canadá, el presidente Donald Trump regresó a Washington, debido a la escalada de la crisis entre Israel e Irán. ‘Tengo que regresar lo antes posible por razones obvias’ –dijo sin dar mayores explicaciones. No pasó mucho tiempo sin que supiéramos que las ‘razones obvias’ eran las de instaurar una guerra. Un sueño largamente acariciado por el magnate con síndrome de Rambo que cree que la geopolítica se juega como el Monopoly pero con mísiles.
De manera unilateral, sin la aprobación total del Congreso, según la CNN avisó a los republicanos pero no a los demócratas, Donald Trump, la madrugada del pasado sábado, emprendió una moderna cruzada —de cables— en el Medio Oriente.
La operación ‘Martillo de Medianoche’ fue ejecutada contra las instalaciones nucleares de Irán, bajo las órdenes del Napoleón de Mar-a-Lago que en lugar de poner la mano en su pecho la pone en un palo de golf y en lugar de bicornio usa una cachucha con la leyenda: ‘Make war great again’, fue él quien ordenó al Pentágono y al Estado Mayor, el mayor sigilo para que Teherán no se enterara de la magnitud del ataque ni del objetivo del mismo. Éste fue la destrucción de las instalaciones nucleares iraníes por medio de la arremetida de 125 aviones incluidos los bombarderos, los de combate y los de reabastecimiento y vigilancia, se lanzaron 75 proyectiles que incluían 14 bombas GBU de más de 13,000 kilos. También se lanzaron 30 misiles Tomahawk. Además dos submarinos entraron en funciones. Ya antes, el 13 de junio, Israel había ablandado el terreno con bombitas “buena ondita”.
La ya proverbial hipocresía y caradura estadounidense justifica su actitud belicista con el argumento de salvar al mundo de la amenaza nuclear iraní. Aquí cabe aclarar que para EU. el mundo lo conforman sus intereses y los de sus aliados, en este caso Israel que, por su parte, consideró la agresión norteamericana como un acto de defensa propia de su causa.
Otra costumbre de los gringos además de meterse en dónde nadie los llama ha sido la de poner nombres a sus operativos bélicos como ‘Operación Overlord o Día D’, y ‘Operación Barba Roja’ en la segunda guerra mundial; las operaciones ‘Escudo y Tormenta del Desierto’, entre 1990 y 91 durante la guerra del Golfo, la primera guerra televisada las 24 horas; ‘Operación Lanza de Neptuno’ se llamó en 2011 la que tuvo como objetivo capturar y exterminar a Osama Bin Laden.
Los nombres de las operaciones militares no son aleatorios o responden a su sonoridad. Más bien los conceptos elegidos tienen funciones propagandísticas, estratégicas e, inclusive, psicológicas. Esta vez el operativo fue bautizado como ‘Martillo de Medianoche’, el primer sustantivo tiene una carga semántica de destrucción, de fuerza, de rompimiento de estructuras como las instalaciones nucleares subterráneas. La palabra medianoche nos remite a la hora en que fue ejecutada la demolición la 1.30 AM. hora de Irán.
Ultimo momento
Cuando iniciaba mis comentarios sobre la posibilidad de que los iraníes hayan cambiado de lugar, antes del bombardeo, su uranio enriquecido, es decir que existe la probabilidad de que el objetivo del ataque se haya frustrado (tanta flatulencia para evacuar de manera líquida). Cuando me faltaba comentar la respuesta de Irán consistente en atacar una base de EU en Qatar; el Napoleón de petatiux, el Rambo de kermés, Donald Trump, declaró el alto al fuego, felicitó a ambos bandos por tener ‘resistencia y coraje’ para poner fin a lo que el llamó la Guerra de los 12 Días.
Punto final
Me imaginó a Trump dando instrucciones para poner fin a lo que él inicio: ‘Chicos vamos a parar los ataques contra Irán, no quiero que nuestras bombas y misiles dañen algún campo de golf, ningún McDonalds y, mucho menos, alguna de mis propiedades’.