Telefónica y el reto de vender su operación a Virgin Mobile
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Telefónica , uno de los gigantes de las telecomunicaciones, enfrenta un desafío decisivo en su proceso de desinversión en América Latina: concretar la venta de su negocio móvil en México a Virgin Mobile , una de las operaciones más complejas de la matriz a nivel Hispanoamérica, al competir en un mercado altamente competitivo y concentrado. Según un reporte de Reuters, la empresa de origen español está en conversaciones para vender su negocio mexicano a Beyond ONE, propietaria de Virgin Mobile México, cuyo valor asciende a 609 millones de dólares.
Pero esta no es la primera vez que Telefónica sostiene reuniones con el fondo de inversión radicado en Dubái. Hace cuatro meses, entablaron una conversación para la adquisición del negocio mexicano por el cual el operador español solicitó más de 500 millones dólares, pero Beyond ONE solo ofreció 350 millones de dólares. “Las conversaciones eran muy serias, parecía que ya tenían un acuerdo, pero hubo algo en el contrato (mayorista) con AT&T que no les gustó, además (Beyond ONE) estaba buscando financiamiento para hacer la operación y el acuerdo se cayó”, dijo a Expansión una fuente con conocimiento del tema que pidió no ser identificada. Desde hace dos años, Beyond ONE tiene en la mira el tráfico de la firma presidida por Camilo Aya. Para Virgin Mobile la posible adquisición representaría una oportunidad para fortalecer su presencia en el país y consolidarse como un jugador más robusto dentro de un sector dominado por Telcel, propiedad de América Móvil, y AT&T México. Expansión solicitó información del tema a Telefónica México, pero declinó hacer comentarios. Telefónica lleva más de seis años intentando vender su operación. Pero deshacerse de sus activos ha sido desafiante, debido a un mercado cada vez más complejo por temas de competitividad y política regulatoria que incluso llevaron a la empresa a deshacerse de todas sus licencias de espectro e infraestructura para mantener el equilibrio en sus finanzas. Además, ampliar la base de usuarios móviles se ha complejizado en los últimos años debido a un mayor impulso por parte de los OMV a través de sus tarifas. Al cierre del año pasado, Telefónica contabilizó 21.6 millones de líneas con un Ingreso Promedio por Usuario (ARPU) de 68 pesos, según estimaciones de la consultora The Ciu, cuya métrica aún se coloca por debajo del gigante América Móvil que en ese mismo periodo fue de 180 pesos. Especialistas consultados por Expansión señalaron que lo más valioso de la operación de Telefónica es la cartera de pospago, prepago y empresarial, así como sus plataformas BSS, que es de soporte empresarial; y HSS, la base de datos que almacena la información de los suscriptores. “Telefónica no tiene muchas opciones (de venta). Además, la empresa ya solo cuenta con sus clientes como atractivo. No tiene espectro ni infraestructura, ya opera como un Operador Móvil Virtual”, dijo Adolfo Cueva, excomisionado presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Además de las complejidades comerciales, la operación deberá sortear el escrutinio regulatorio. La incursión de la nueva política del sector que trajo consigo a una nueva Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT), así como a un ente antimonopolios, los cuales ahora mismo conviven con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) podría significar un retraso en la evaluación de la operación. “Aún no queda claro cuándo se integrará el pleno de la CRT, además, la nueva Ley señala que habrá suspensión de trámites y procedimientos hasta por 15 días y esto podría retrasar el aval de la operación. Esto puede generar un impasse en el que las condiciones voluntarias de las partes puedan variar o que alguna de las partes quiera cambiar alguna condición”, advirtió Cuevas.
Los altibajos de Telefónica La posible salida de Telefónica de México forma parte del plan de la empresa matriz de reducir su presencia en América Latina, en un contexto en el que el sector de las telecomunicaciones enfrenta crecientes desafíos para alcanzar la rentabilidad. Solo este año, la compañía española intensificó su proceso de desinversión en cinco países sudamericanos para centrarse en sus cuatro negocios principales: Brasil, Reino Unido, Alemania y España, según declaró, Marc Murtra, el nuevo presidente ejecutivo de Telefónica. Y ahora es el turno de México. La operación mexicana ha enfrentado grandes complejidades operativas. Desde su entrada a México en 2001, la empresa ha luchado por ganar terreno frente al dominio de Telcel, cuya cuota de mercado aún supera el 50%, según datos del IFT. A pesar de diversas inversiones y ajustes operativos, incluyendo el arrendamiento de capacidad a redes rivales para reducir costos, la filial mexicana enfrenta dificultades para lograr una rentabilidad sostenida. En los últimos años, Telefónica ha optado por un modelo más ligero, cediendo su infraestructura de red y limitando su operación al rol de operador virtual (MVNO). José Otero, director ejecutivo de ICT Development Consulting y analista del sector a nivel Latinoamérica, aseguró que la operación mexicana nunca logró los objetivos que buscaba la empresa matriz como ser líder en el mercado móvil, pero esto se debió al entorno competitivo que no favorece la entrada de más jugadores. “En términos de importancia del papel que tenía el operador en el mercado mexicano no se compara con la figura protagonista que Telefónica llegó a tener y mantener en muchos otros mercados de la región”, dijo el especialista. Virgin Mobile, que también opera bajo el modelo de OMV, ha tenido una trayectoria similar, con participación moderada. Una adquisición como esta representaría su primera expansión significativa en el país, aunque también implicaría absorber un negocio con desafíos estructurales.
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