Tecnología que cambia a la aviación

Mientras la “guerra de los aranceles” está sembrando el pánico recesivo en todo el mundo, poco a poco las nuevas tecnologías se van trasminando -como lo hace el agua que impregna todo tipo de materiales- y antes de darnos cuenta, ya está ahí y las cosas cambiaron por completo. Es un poco lo que ocurrió con la pandemia: tras la decisión política que hizo que millones de personas se refugiaran en sus casas, las reuniones virtuales mostraron que se puede seguir operando en muchas empresas sin estar presencialmente y eso ha cambiado mucho la manera de trabajar de miles de sectores.

En el caso que hoy nos ocupa, los efectos de la guerra de los aranceles serán, tal vez, más devastadores que los del Covid-19, porque mientras la pandemia obligó a muchas industrias a pausar la producción, la imposición de gravámenes crea una enorme incertidumbre donde el mercado sigue produciendo y los compradores consumiendo, pero a precios más altos y en medio de zozobra que parece marcar un giro de 180 grados en la globalización: se acabó el mercado global, empieza la recomposición, por bloques si se acepta la necesidad de compartir ventajas comparativas, o aún más restringida por naciones individuales, lo que nos llevaría de facto a la primera mitad del siglo XX.

Por ahora, sin embargo, muchas empresas saben que el mundo sigue, que los aviones continúan volando y los pasajeros viajando. Por ello, las empresas que están enfocadas a su negocio están trabajando a marchas forzadas para utilizar los nuevos desarrollos y herramientas tecnológicas (incluida la Inteligencia Artificial) para poner a los aviones en otro estatus en cuanto a la experiencia del pasajero.

Así, hay empresas como Google, que se están convirtiendo en “agentes virtuales de viajes” que son capaces de organizar un itinerario con alternativas de lugares, hospedajes, vuelos, visitas y gestionarlo de acuerdo con lo que el cliente pida. Como explica el especialista José Manuel Campillo, un ecosistema como el de Google permite reunir todas las opciones de acuerdo a las solicitudes del internauta, aderezado con las preferencias que el propio sistema ya “sabe” sobre estos clientes en lo particular, de acuerdo con sus hábitos de búsqueda y de compra o curiosidad en las diversas plataformas que reúne.

Pero hay otros usos, por ejemplo, los reportes que deben hacer las tripulaciones (sobrecargos, pero también las bitácoras de los pilotos) o los reportes de mantenimiento que “predicen” cuándo podría ocurrir una falla si no se atiende desde determinada fecha, con determinado tipo de corrección. O bien, los nuevos sistemas que SITA ha desarrollado para determinar las mejores rutas o las interacciones con otras aeronaves en vuelo, que emiten informes de mal tiempo, turbulencia en aire claro o cualquier otro fenómeno que permita al resto de las aeronaves tomar precauciones.

Aeroméxico, por ejemplo, está también utilizando Tecnologías de Información para mejorar la gestión de flotas, la asignación de puertas y los horarios de sus vuelos para que se tenga el máximo aprovechamiento, lo que ahorra millones de dólares. Toda la información que es posible reunir a través de la gestión del Big Data permite tomar decisiones y hacer proyecciones certeras. En lo que salimos de la guerra comercial, el mundo aéreo habrá cambiado totalmente.

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