Soft saving, ¿un buen esquema para ahorrar?

Entre los jóvenes existe una estrategia relativamente nueva para engordar el cochinito conocida como soft saving o ahorro suave o blando, la cual se caracteriza por priorizar el gasto presente para tener una vida cómoda, antes que llenar la alcancía para el retiro.
Es decir, propone que las personas manejen sus finanzas con un presupuesto más relajado, sin estresarse por invertir y por tener un fondo para enfrentar alguna contingencia en un tiempo determinado.
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Dicho de otra forma, las personas que abrazan esta manera de ahorrar prefieren vivir experiencias como comer en su restaurante favorito, viajar al destino de sus sueños, ver la obra de teatro más espectacular que hay en cartelera o comprar la camioneta que tanto desean, antes de abonar al ahorro voluntario de su afore. No quiere decir que no lo hagan, simplemente no es su principal prioridad.
“La gente joven dice: lo que quiero es tener experiencias. Perfecto, yo quiero ver cuando tengan 40, 50, estén llegando a 60 o más años, si las experiencias les van a dar dinero mensual como jubilación. Las experiencias no te dan de comer”, comenta Gianco Abundiz, especialista en finanzas personales.
En el mundo del dinero, dice, la meta de metas es generar patrimonio y el más importante es tener ladrillo. Eso no quiere decir que no debes disfrutar el presente, sólo hacerlo en equilibrio.
El soft saving es característico de la generación Z, es decir, en las personas que nacieron entre 1997 y 2012, que representan 25% de la población total, señala la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Un estudio realizado por la CFA Institute (Chartered Financial Analyst) refiere que los jóvenes suelen buscar asesoría del manejo de su dinero en plataformas como Facebook, YouTube, X, Instagram y TikTok, por dos motivos: debido a una escasa educación financiera y por la percepción de creer que el asesoramiento financiero profesional es muy caro.
“Esta tendencia que se está fomentado en redes sociales va encaminada a cambiar las metas financieras de la generación Z, quienes, al ver el panorama económico y laboral actual, prefieren priorizar su salud mental y crecimiento personal, dejando a un lado metas financieras como el ahorro y el retiro”, señala la institución.
Si bien cualquier forma de ahorro siempre será mejor que no tener nada, existen algunos esquemas que no generan un panorama óptimo para el ahorrador.
Para la Condusef, el ahorro suave “pone en riesgo a esta joven generación, pues los deja expuestos a riesgos de corto y largo plazo; por ejemplo, en caso de sufrir un accidente y no contar con un fondo de emergencia, no podrán pagar por la atención médica o, al llegar a la vejez, no habrán ahorrado lo suficiente en caso de vivir varios años”.
Opciones de ahorro
Según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 86.6 millones de personas con entre 18 y 70 años ahorran, es decir, alrededor de 66% de la población nacional. El problema es que 55.2% lo hace únicamente de manera informal.
Para mejorar estas cifras, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda poner en marcha el “ahorro hormiga”.
Éste se hace con monedas o billetes que pudieran sobrar de los gastos diarios o habituales y que, al sumarse día a día, pueden significar una cantidad importante para un imprevisto.
Para llevarlo a cabo es aconsejable definir el lugar y contenedor donde se depositará el dinero. Puede ser un bote, alcancía u otro recipiente, y tenerlo donde regularmente se dejan las monedas al llegar a casa.
Se puede probar guardando monedas de cinco y 10 pesos, o billetes de 20, 50 y 100 pesos, dependiendo de la cantidad de la que la persona se pueda desprender en el momento.
Si se ahorra una moneda de cinco pesos todos los días, en un mes se habrán reunido 150 pesos; en un año serían 1,825 pesos. “Éste puede ser el inicio para generar el hábito”.
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