Sheinbaum: respiro arancelario y amenaza latente
En el último momento, casi al final del plazo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, logró una prórroga de 90 días para la aplicación de un arancel del 30 por ciento, previamente anunciado por el presidente Donald Trump.
Sin duda, se trata de un respiro arancelario en favor de México.
Frente a la inminencia de un potente obús comercial disparado por Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, el nuevo plazo es positivo.
Sin embargo, sigue siendo una amenaza latente.
Y lo que ocurra hacia adelante, dependerá de la habilidad del equipo negociador mexicano y de la discrecionalidad del gobierno de Trump.
Estados Unidos, con Trump en la presidencia, está irrumpiendo en el mundo con un cambio de paradigma.
La política arancelaria y el proteccionismo estadounidense están cambiando las reglas del juego del comercio internacional.
Y ese cambio, implica que lo más probable es que EU forzará que se realice una renegociación del T-MEC.
Es decir, no será sólo, como está previsto, una revisión del acuerdo comercial.
En los hechos, ya se está renegociando el T-MEC. Se está ajustando a las necesidades del más grande y poderoso, entre las tres naciones.
Por el momento, vuelve a imponerse la apreciación positiva respecto de la posición negociadora que ha mantenido el gobierno mexicano.
Y al mismo tiempo, se extiende la incertidumbre para las inversiones, generada por la inestabilidad y el eventual cambio de condiciones en la relación comercial entre México y Estados Unidos.
Luego de una conversación telefónica, en la que estuvieron presentes altos representantes de ambos gobiernos, los presidentes de México y Estados Unidos acordaron aplazar la fecha fatal que vencía éste primero de agosto.
Sin lugar a duda, se trata de un logro importante por parte de la presidenta Sheinbaum.
Desactivó, temporalmente, una potente bomba arancelaria que estaba a punto de estallar contra México, con impredecibles consecuencias.
Hay que recordar que no estaba claro si el arancel del 30% sería de aplicación generalizada o sería acotado sólo a aquellas mercancías que no cumplen con las reglas del T-MEC.
De esa definición, depende el potencial daño que puede infligir al sector exportador mexicano directamente e indirectamente, a la economía nacional.
No se sabe de qué dimensión será el impacto económico negativo que provocaría en México un arancel del 30%.
Sí se sabe que hasta ahora, los aranceles que ya están en vigor, no han tenido mayor repercusión para las exportaciones mexicanas, en la medida en que están restringidos a aquellas mercancías que no cumplen con las reglas del T-MEC.
Alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas se realizan con cero arancel en virtud del acuerdo comercial trilateral.
Habrá que esperar a que se consoliden las cifras de la balanza comercial, para ver los efectos con mayor claridad, pero el marco de las relaciones entre México y Estados Unidos ya es diferente.
De una base de cero arancel, México ha pasado a una realidad de múltiples aranceles, que por acotados que hoy sean, tienen un peso específico para el sector exportador.
México no debería de estar pagando aranceles.
Estados Unidos, al aplicarlos a su socio comercial, está violando el T-MEC.
México evitó, momentáneamente, la aplicación del arancel del 30%.
Pero ya está pagando el 25% de aranceles por fentanilo; el 25% al acero y al aluminio; el 25% a la industria automotriz y el 25% a cerveza y latas de aluminio vacías.
Más los que se acumulen, como el arancel al cobre, con el que las importaciones de ese metal, tendrán un impacto negativo para México, en toda la cadena que lo utiliza en distintas industrias.
Aunque hasta ahora, estos aranceles están teniendo un impacto reducido, lo cierto es que no deberían de existir de acuerdo con las reglas del T-MEC.
Además de los aranceles, hay que agregar las cuotas antidumping que aplica EU al tomate mexicano y a la caña de azúcar.
En la conversación telefónica entre Sheinbaum y Trump no se abordaron las barreras no arancelarias que impone EU a México como: los obstáculos sanitarios y fitosanitarios (SPS) que afectan el comercio agrícola y pecuario; y los requisitos de inspección, etiquetado y certificación que han limitado exportaciones mexicanas.
Es positivo el respiro. Veremos cómo se renegocia el T-MEC. Ese es el desafío mayúsculo. Al tiempo.
Atisbos
¡Confirmado! Iberdrola deja México. Resultó cierto el trascendido del periódico digital español El Confidencial y reproducida en México por el portal especializado Energía a Debate: Iberdrola venderá los activos que le restan en México.
Según la versión que filtró la información, la empresa española se va por la incertidumbre que genera la Reforma Judicial.
Ahora, la noticia es que Iberdrola vende a la española Cox sus activos en México por 4,200 millones de dólares.
La compañía española, hay que recordarlo, luego de que vendió activos al gobierno mexicano por alrededor de 6,000 millones de dólares, invirtió prácticamente el mismo monto en Brasil, en proyectos de energía verde.