Sheinbaum, el toque de midas al revés

En medio de los escándalos por el huachicol fiscal, las tropelías del senador Adán Augusto López Hernández y las presiones de Estados Unidos, vino el desastre: las lluvias que azotaron a cinco estados de la república: Veracruz, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro. A favor de la presidenta Sheinbaum hay que decir que, a diferencia de su predecesor López Obrador, fue a los estados afectados. 

Sin embargo, su intento de utilizar el tema de los desastres por las lluvias para desviar la atención pronto se le convirtió en un nuevo problema que la sometió a la crítica. Esta es una rara cualidad de la mandataria. Si al rey Midas todo lo que tocaba se le convertía en oro, a ella todo lo que toca se le convierte en lo contrario. No importa que tema sea, siempre termina marcando un autogol en gran parte por la pesada carga que le heredó López Obrador.

Esta enorme losa está formada por legisladores que le llevan la contraria o de plano abandonan sus tareas, gobernadores ineficientes, corruptos de su partido por todos lados y ahora hasta Paco Ignacio Taibo II que en la mañanera del día de ayer prácticamente le dijo, a la primera mujer presidenta, que no considera hacer una colección de libros escritos por mujeres si, a su juicio, no son buenas escritoras. Mencionó al boom latinoamericano que fue prácticamente masculino. Hay tantas cosas mal en esto que nos llevaría varios artículos pitorrearnos de estos criterios.

Lejos de servir para desviar la atención del respetable, ahora las devastadoras lluvias se han convertido en otro problema y, por lo tanto, reciben cada vez menos atención en la mañaneras y estamos a punto de que se decrete el fin de la emergencia. Es decir, se terminará la emergencia por decreto, aunque en los hechos la situación siga siendo angustiante y terrible para miles de personas.

La realidad es que Sheinbaum, los gobernadores y los presidentes municipales les fallaron a las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido (van 79 fallecidos) y de todos o muchos de sus bienes materiales. Igual que López Obrador le falló al Estado de Guerrero con el huracán Otis, los gobiernos de MORENA y aliados les fallaron a los estados afectados antes, durante y después de las lluvias. Según los medios y columnistas, solo se salvan los gobernadores de Querétaro, que sufrió pocos efectos, e Hidalgo, a pesar de que fue una entidad muy castigada por el agua.

Fallaron en la previsión y en el alertamiento a la población. El argumento primero de que no había indicadores que alertaran sobre el desastre se cayó estrepitosamente por la misma información del gobierno federal. Desde el 6 de octubre, como se ha demostrado, el Servicio Meteorológico Nacional alertó de condiciones climáticas riesgosas. ¿Qué hicieron los gobiernos, federal y estatales, con ella? Nada.

El miércoles 10 la misma fuente señaló la posibilidad de que las lluvias fueran muy fuertes. En ese momento se debió dar la alerta. No se hizo. Ahora, la presidenta Sheinbaum ha cambiado la narrativa, afirma que, en efecto, se sabía de lluvias fuertes, pero no su intensidad. Absurdo, en cualquier caso, es mejor dar una falsa alarma y prepararse para lo peor y que no pase nada a cruzarse de brazos y lamentarlo después, como ocurrió.

Hay una coincidencia en las opiniones de que el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, y la gobernadora de Veracruz, la zacatecana Rocío Nahle, fueron los que peor respuesta tuvieron al desastre, minimizándolo y tratando de zafarse de su responsabilidad. La atención a los damnificados demostró que falta organización y un rediseño completo en caso de desastres. La ayuda ha sido lenta.

En paralelo, hay situaciones que dejan ver de que está hecho el gobierno de la 4T: se trató de impedir que llegara ayuda de civiles y organizaciones aduciendo que había que hacerlo en orden. Imposible no creer que era porque deseaban los funcionarios convertirse en los “salvadores”; de igual manera, utilizar bolsas con logotipo o colores de MORENA para entregar la ayuda a las personas necesitadas. Esto habla de ruindad, palabra que utilizó la presidenta.

Ahora, a dos semanas de iniciado el desastre hay fenómenos que deben ser controlados. Por un lado, se habla de la especulación en los precios de los productos. Se ha llegado a mencionar un kilogramo de huevo en 250 pesos. Ante esto, la presidenta dijo que ya se enviaron inspectores de PROFECO. Por otro lado, se han contaminado los ríos con petrolíferos y aguas negras. Sheinbaum asegura que ya hay tres compañías trabajando en ello.

Respuestas insuficientes y que suenan a demagogia. El gobierno tratará de esconder su ineficiencia con lavadoras, refrigeradores, despensas y dinero.

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