Sanciones y venganzas
Han pasado 45 meses desde la extinción de la agencia de noticias del Estado mexicano. Si Notimex fue víctima de la obsolescencia de un modelo de comunicación o de las imposturas de una burocracia corrupta, todavía hay un debate en ciernes; pero la suerte que tuvieron sus tres últimos directores generales, revela —en buena medida— los yerros y las sabotajes que persistieron hasta su fin.
Sanjuana Martínez, Alejandro Ramos Esquivel y Sergio Uzeta Murcio fueron designados por los tres últimos presidentes de la República y coincidieron en dos aspectos esenciales: dejaron el periodismo en activo para incorporarse a Notimex, donde lidiaron –infructuosamente—con la representación sindical y fueron sujetos a escabrosos procedimientos administrativos.
Ramos y Uzeta estuvieron sujetos a investigaciones del Órgano Interno de Control, por decisiones administrativas. Desde que entregó su cargo, en el 2018, el primero se retiró, aunque ha sido requerido para distintas aclaraciones. Uzeta debió enfrentar dos procedimientos iniciados por el Órgano Interno de Control (OIC) de Notimex, a cargo de Guillermo Ayala Rivera, que derivaron en sanciones económicas por más de 3.9 millones de pesos y una inhabilitación por 10 años, vigente hasta diciembre de 2021.
Hace dos décadas, Uzeta Murcio regresó al servicio público, como vocero de Pemex, entidad dirigida entonces por Raúl Muñoz Leos. En el sexenio salinista trabajó en Los Pinos, donde conoció a Alejandra Lajous, quien lo invitaría al Canal 11, del IPN, donde conformó la división de noticias y dirigió el noticiero matutino hasta el 2003, cuando se fue a la paraestatal. Allí conoció al secretario del ramo, Felipe Calderón Hinojosa, quien después de ganar la elección presidencial, lo invitó a hacerse cargo de Notimex.
En abril del 2006, la Cámara de Diputados aprobó la reforma que erigiría la agencia noticiosa del Estado mexicano. El entonces presidente, Vicente Fox Quesada, ya no tuvo los consensos para designar al funcionario y durante 15 meses, el contador Juan Pablo Muñoz Morales estuvo al frente de esa dependencia. Y al menos durante otro semestre permaneció en funciones, hasta que el nombramiento de Uzeta Murcio recibió el aval del pleno del Senado de la República, para hacerse cargo de Notimex por cuatro años, tras de los cuales podría buscar ser ratificado, por otros ocho años.
Su apuesta por una modernización tecnológica recibió el aval de la Junta de Gobierno, pero la llegada de Alejandra Sota Miraflores como vocera de la Secretaría de Gobernación significó un punto de inflexión. En diciembre del 2011 —tres meses después de concluir su cuatrienio— fue notificado de los procesos en su contra: uno, por la autorización de la indemnización de Muñoz Morales; y otro, por un presunto conflicto de interés, al haber impulsado la instauración del capítulo local de la Fundación del Español Urgente.
Uzeta Murcio —quien sería director honorario de la Fundación— contaba con el aval de Junta de Gobierno de Notimex y destinó un presupuesto de hasta siete millones de pesos para el arranque del proyecto.
El exdirector de Notimex sostiene que la investigación obedeció a presiones internas y externas para debilitar su liderazgo. Los procedimientos derivaron en inhabilitación total del servicio público por un periodo de 10 años. Uzeta describe ese periodo como un “infierno” de persecución y exclusión laboral, en la que fue marginado del sector público y desacreditado profesionalmente. Y atribuye la persecución a una combinación de intereses políticos y sindicales dentro de Notimex, particularmente al entonces líder sindical Conrado García (en la actualidad prófugo).
Tras de la sanción del entonces Tribunal Fiscal, el comunicador retomó sus actividades profesionales. Primero con una agencia informativa —que no prosperó y después como asociado a Sinergis, un despacho digital. Actualmente forma parte del consejo editorial de EjeCentral, el cotidiano de OFEM Media Group.
Hace dos semanas, trascendió la sustitución de la coordinadora nacional de comunicación social del INE, María Carmen Urías Palma, quien apenas estuvo 14 meses en el cargo. Uzeta Murcio será el tercer encargado de la imagen del órgano electoral en el último cuatrienio.
Otras posiciones de primer nivel, entre ellas la Secretaría Ejecutiva, han tenido la misma dinámica. Una prueba de que la presidenta consejera, Guadalupe Taddei, está comprometida con la máxima eficiencia. Y de que no hay margen de error, ante la exigencia del colegiado.
