Sala gastronómica: El restaurante dentro del Museo Nacional de Antropología
El Museo Nacional de Antropología (MNA), orgullo arquitectónico y cultural de México, fue reconocido este año con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 por su compromiso con la preservación del patrimonio y la promoción del diálogo intercultural. Pero más allá de sus majestuosas salas, este museo también guarda un tesoro menos conocido: un espacio gastronómico que da vida a la historia a través de los sabores.
En el corazón del recinto, Sala Gastronómica invita a los visitantes a un recorrido sensorial por seis regiones emblemáticas del país. Allí, la antropología se vuelve experiencia viva: cada platillo es una narrativa sobre el maíz, el cacao, los chiles, los quelites y las tradiciones culinarias que han nutrido al pueblo mexicano durante siglos.
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Un museo que se saborea
La Sala Gastronómica fue concebida como un homenaje a la diversidad cultural y alimentaria de México. Desde un mole oaxaqueño con ingredientes autóctonos hasta un ceviche costeño reinterpretado con técnicas tradicionales, su menú celebra la fusión entre historia, territorio y sabor.
El restaurante, abierto de martes a domingo de 9:00 a 18:00 horas, combina la hospitalidad con la museografía: luces suaves, materiales naturales y una carta que cambia según las temporadas, buscando reflejar la riqueza agrícola de cada región.
<!–>Enlace imagenSala Gastronómica
Además, cuenta con un bar completo y servicio a mesa, que permiten disfrutar desde un mezcal artesanal hasta una infusión con hierbas tradicionales. El objetivo, según su equipo, es que cada plato sea una obra maestra que conserve los sabores distintivos de la cocina mexicana, integrando ingredientes nativos y técnicas tradicionales.
El sabor del reconocimiento
En octubre de 2025, Sala Gastronómica obtuvo el Distintivo H, otorgado por la Secretaría de Turismo, por cumplir los más altos estándares de higiene y calidad alimentaria. El reconocimiento, basado en la Norma Mexicana NMX-F-605-NORMEX-2018, refuerza la idea de que la gastronomía mexicana no solo emociona al paladar, sino que también se construye con responsabilidad y rigor técnico.
Este galardón coincide con el premio internacional al museo, un símbolo de cómo México ha sabido preservar su herencia y proyectarla al mundo. Mientras el jurado del Premio Princesa de Asturias destacó al museo como “un espacio de reflexión sobre la herencia indígena y la humanidad compartida”, la Sala Gastronómica traduce esa concordia al lenguaje universal de la comida.
–><!–>Enlace imagenSala Gastronómica
Antropología del gusto
La cocina mexicana, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, encuentra en este espacio una representación tangible: un lugar donde se cruzan las milpas y los códices, los dioses del maíz y las técnicas modernas de cocina.
En tiempos en que el patrimonio se suele medir en cifras o visitantes, este lugar llegó a más de 3 millones en 2024, según el INAH. El MNA demuestra que también puede medirse en aromas, texturas y emociones. Porque si la historia se narra con objetos, la gastronomía la revive con cada bocado.
Hoy, el reconocimiento internacional al Museo Nacional de Antropología no solo celebra su acervo arqueológico, sino su capacidad de diálogo cultural. En la Sala Gastronómica, ese diálogo se vuelve un acto cotidiano: el de sentarse a la mesa y comprender, a través del sabor, quiénes somos.
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