Rusia se asoma al precipicio económico tras 40 meses de guerra
Cuarenta meses son muchos en una guerra. Aún más, para una economía que ya arrastraba peligrosas dependencias de un mundo, el fósil, que, con fortuna, en unas décadas quedará relegado a los libros de historia. Casi tres años y medio después de que Vladímir Putin diese la orden de invadir Ucrania, rompiendo así todos los puentes con Occidente, Rusia está hoy atrapada en un laberinto de difícil salida: bajo crecimiento y precios disparados, con alzas anuales de doble dígito.