Rubio impulsa una purga en el Departamento de Estado y elimina áreas clave
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El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio , presentó este martes un plan de reorganización institucional que reduce de forma significativa la estructura del Departamento de Estado . El proyecto elimina divisiones clave enfocadas en derechos humanos, crímenes de guerra, democracia y derechos laborales, y forma parte de la nueva estrategia diplomática impulsada por la administración de Donald Trump.
“No sacarán sus pertenencias hoy”
Rubio justificó la decisión al acusar al Departamento de estar “sobrecargado, (ser) burocrático e incapaz de cumplir su misión diplomática esencial en esta nueva era de competencia entre grandes potencias”, en referencia a la rivalidad geopolítica con China. “La creciente burocracia creó un sistema más comprometido con la ideología política radical que con la promoción de los intereses nacionales fundamentales de Estados Unidos”, dijo Rubio en un comunicado, una postura alineada con las críticas del movimiento conservador que rechaza la promoción internacional de valores progresistas. Entre los cambios más significativos destaca la eliminación de la Oficina de Crímenes de Guerra y la Oficina de Conflictos y Operaciones de Estabilización , responsables de iniciativas para prevenir atrocidades en el extranjero. También desaparece la oficina dedicada a la “seguridad de los civiles, la democracia y los derechos humanos”. En su lugar, Rubio anunció la creación de una nueva Oficina de Coordinación para la Ayuda Exterior y los Asuntos Humanitarios. Esta entidad absorberá funciones residuales de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que casi desaparece desde que Trump retomó la presidencia en enero. Además, uno de los despachos que antes incluía la defensa del derecho laboral internacional sustituirá esa función por la promoción de la “libertad religiosa”, un cambio que refleja el giro ideológico de la actual administración. Rubio compartió en su cuenta de X un artículo en el que afirmó que el número de oficinas se reducirá de 734 a 602. También instruyó a los subsecretarios del Departamento a presentar, en un plazo de 30 días, planes de recorte de personal equivalentes al 15% de la plantilla. Consultado por las cifras, un alto funcionario del Departamento de Estado —que pidió permanecer en el anonimato— confirmó que “le parecían correctas”, aunque aclaró que algunos puestos podrán eliminarse sin necesidad de despidos inmediatos. “No habrá historias ni imágenes de gente sacando sus pertenencias del edificio hoy”, dijo este funcionario a un grupo de periodistas haciendo referencia a lo sucedido el mes pasado con el despido de gran parte del personal de USAID. También informó que el Departamento sostendrá reuniones con el Congreso y su personal en las próximas semanas para afinar los detalles de la implementación. La reestructura marca un viraje en la política exterior estadounidense. Bajo el segundo mandato de Trump, la diplomacia abandona el enfoque multilateralista que priorizaba derechos humanos y gobernanza democrática, para concentrarse en la competencia estratégica con potencias como China, el control migratorio y la supremacía económica.
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