Rompiendo silos: integración de agua, clima y saneamiento
Madrid será el punto de encuentro mundial donde el agua, el saneamiento y la acción climática se unirán bajo una sola conversación. En días pasados, la capital española acogerió la Reunión de Ministros del Sector de Sanitation and Water for All (SWA), un foro que busca alinear políticas globales para garantizar el derecho humano al agua y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático.
El tema central, “Rompiendo silos: uniendo el liderazgo político para integrar el agua, el saneamiento y la acción climática”, refleja una urgencia: dejar atrás la fragmentación de políticas e inversiones que impiden soluciones efectivas. “La SMM 2025 representa una oportunidad histórica para fortalecer las políticas que garantizan el derecho humano al agua y al saneamiento”, explica Muyatwa Sitali, CEO interino de SWA. “Buscamos generar beneficios simultáneos para la salud, la economía, la seguridad alimentaria y la resiliencia climática”.
El objetivo es impulsar inversiones sostenibles, fortalecer capacidades institucionales y promover la cooperación efectiva entre gobiernos, empresas y sociedad civil.
El agua como prioridad climática
El desafío más urgente, reconoce Sitali, es el financiamiento sostenible. “Integrar las acciones en materia de agua, saneamiento y clima requiere enfoques innovadores que prioricen la transparencia, la eficiencia y el impacto local”, afirma. Esto implica fortalecer los presupuestos públicos y privados e involucrar a las comunidades en la toma de decisiones.
La clave está en que cada inversión se traduzca en resultados: salud pública, infraestructura y adaptación real al clima. “Cuando los sistemas financieros y los servicios públicos funcionan con eficiencia, cada dólar rinde más y transforma vidas”, señala.
Ejemplos que inspiran
Algunos países ya están marcando el camino. Kenia ha incorporado el agua y el saneamiento en su Plan Nacional de Adaptación, fortaleciendo la seguridad hídrica en cuencas clave como la del lago Victoria. Jordania, una nación con severo estrés hídrico, ha integrado el riesgo climático directamente en su estrategia nacional del agua, coordinando políticas entre ministerios y sectores. Y Granada, un pequeño Estado insular, utiliza financiamiento climático internacional para construir un sector hídrico resiliente, demostrando que la cooperación global puede producir resultados locales. Estos ejemplos, dice Sitali, “demuestran que es posible traducir las prioridades de adaptación climática en acciones concretas y sostenibles”.
México enfrenta una situación crítica: casi la mitad de la población vive con algún grado de escasez de agua, según el INEGI. Para el vocero de SWA, el país ha avanzado —con plantas de tratamiento e integración del agua en políticas climáticas—, pero “aún puede hacer más”.
“La experiencia de países como Jordania o Namibia muestra que la reutilización segura del agua puede convertir la escasez en resiliencia”, comenta. “México puede aprender de estos modelos, movilizar financiamiento climático y hacer del agua y el saneamiento su estrategia de adaptación al cambio climático”.
SWA impulsa una alianza global con más de 500 compromisos verificables de gobiernos, organismos multilaterales y sociedad civil. A través de su mecanismo de rendición de cuentas mutua, la organización mide avances, publica informes globales y fomenta la participación ciudadana.
Aun así, los desafíos persisten, pero la visión es clara: “Solo con políticas integradas podremos proteger la salud, la economía y el ambiente”, sostiene Sitali.
Para Sitali, el llamado de Madrid es una invitación: “El agua no es solo un recurso, es el reflejo de cómo enfrentamos la crisis climática. Cada decisión que tomemos hoy definirá el mundo que heredarán los jóvenes del mañana”.
