Retribuir las regalías por música digital
En una conversación con el compositor, ejecutante y productor de rock, Ricardo Ochoa (notable por sus grupos Peace & Love y Náhuatl de los años setenta), me comentó que lleva ya varios años luchando para que se les distribuyan las regalías que justa y legalmente les corresponden a los músicos mexicanos de todos los géneros. Para los roqueros el problema es más severo, pues muchos de ellos, al ser muy jóvenes, fueron contractualmente explotados y engañados por manejadores y productores. Debido a la censura al rock desatada después del festival de Avándaro en 1971, Ochoa, al igual que muchos roqueros, emigró a Estados Unidos, donde radica desde hace ya casi 50 años.
La música digital y el streaming han complicado el cálculo, recolección y distribución de regalías. Estados Unidos enfrentó ese reto con bastante éxito. SoundExchange (SE) es una organización estadounidense de gestión colectiva de derechos sin fines de lucro creada en 2003. Es la única organización designada por el Congreso de Estados Unidos para recaudar y distribuir regalías por ejecución digital de grabaciones de sonido. Para la recuperación, se resta una comisión administrativa de las regalías y el resto se divide entre los artistas intérpretes o ejecutantes de una grabación y el titular de los derechos de autor de esa obra. La organización recauda más de 1,000 millones de dólares anuales para su distribución.
El sustento jurídico de SoundExchange es el Music Modernization Act de 2018, que, como lo dice su nombre, es una ley que moderniza y facilita los mecanismos para que los creadores cobren sus regalías, sobre todo de la música digital. Para ello, esa ley creó el mecanismo Mechanical Licensing Collective, mediante el cual los autores se registran para que sea más sencillo rastrear sus obras y proceder al cobro de regalías. Se integra así una enorme base de datos. Se tiene establecido un proceso de distribución a través de SE. La base de datos también contiene obras cuyos titulares del derecho patrimonial no están identificados y, por ende, las regalías no han sido cobradas. Entre ellos, hay muchos músicos mexicanos. Ochoa sostiene que debe hacerse un esfuerzo por recuperar esos recursos que les pertenecen a músicos nacionales.
Desde 1971 existe en México la Sociedad de Ejecutantes de Música de México (SOMEM) como una sociedad de gestión colectiva de interés público. Es una entidad sin fines de lucro que representa a los músicos ejecutantes, y se encarga de la recaudación de regalías. Pero también desde 1945 existe la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) para el mismo fin, por lo que hay pugnas políticas que perjudican a los músicos. La SACM tiene convenios simples con sus contrapartes de Estados Unidos; la SOMEM no. El proceso para las regalías digitales es disperso e ineficiente y requiere de una modernización.
Por ello, la exigencia de Ochoa es que el gobierno, el Congreso, la SOMEM y la SACM deberían atender y regular el tema de las regalías digitales y trabajar coordinadamente con sus contrapartes estadounidenses para recuperar la justa retribución a la creatividad de los músicos mexicanos, en especial a los del rock. Muchos de ellos, desafortunadamente, alcanzan la vejez en condiciones precarias, por lo que recuperar regalías puede atenuar esa condición.