Renegociar para fortalecer. El momento de repensar el T-MEC
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Terminó el semestre que marca un antes y un después en las relaciones comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá. El T-MEC, que representa más del 30 % del Producto Interno Bruto mundial y debía revisarse hasta 2026, se puso a prueba en los últimos meses con la imposición extraordinaria de aranceles del presidente Trump. La cuestión para este semestre es si el T-MEC continuará como está, se renegociará por completo o si desaparecerá.
Como sucesor del TLCAN, el T-MEC eliminó barreras arancelarias y estableció reglas más claras para el comercio entre los tres países. El T-MEC ha sido un eje de estabilidad jurídica, inversión extranjera y crecimiento para toda la región. Pero, las condiciones políticas y económicas han cambiado en este 2025. Sin duda, cualquier ajuste al acuerdo de los “tres amigos de América del Norte” generará cambios considerables en la dinámica comercial internacional. La discusión ya no puede evitarse, ¿estamos preparados para renegociar el T-MEC? Posiblemente Estados Unidos impulsará el cambio, mientras que México y Canadá negociarán y defenderán sus posiciones. Las cifras del propio gobierno estadounidense muestran lo que está en juego para México: el comercio bilateral casi alcanzó los 840,000 millones de dólares en 2024. Además, más del 84% del comercio exterior mexicano tiene como destino a Estados Unidos —con una exportación de bienes al mercado americano que superó los 505.9 mil millones de dólares, un aumento del 6.4% con respecto a 2023. Considero que no se trata de mantener el T-MEC como está por temor a perderlo, sino de mejorar sus condiciones, evitando caer en acuerdos desequilibrados, privilegiando sectores específicos y manteniendo barreras injustificadas para productos que hoy ya enfrentan aranceles. Una negociación bien planteada puede traducirse en mayor seguridad jurídica, mejores flujos de inversión y oportunidades reales para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que en México representan la mayoría del tejido empresarial: 4.7 millones de mipymes que generan el 52% de los ingresos. Una de las posibles revisiones al T-MEC que afectarán a México será en los porcentajes de contenido local o regional exigidos para exportar sin aranceles, ya que cambiar las reglas de origen podría elevar los costos operativos, sobre todo para las mipymes, que tendrían que adaptarse rápidamente. Si el tratado se endurece, es probable que Estados Unidos imponga restricciones a productos agrícolas u otros bienes de consumo, presionando los precios al alza e impactando en su inflación, debilitando la competitividad de sus propios sectores frente a Asia. Canadá podría afrontar revisiones en materia energética, puesto que nuevas exigencias ambientales afectarían su industria de gas y petróleo, obligando a acelerar inversiones en transición energética y sostenibilidad para mantener su acceso pleno al mercado norteamericano. Creo que los beneficiados de estas revisiones serán aquellos que se adapten con rapidez y que se empeñen en mantener las relaciones integrales con clientes y socios, pues la política cambiante de aranceles parece que seguirá en el corto plazo y, como sucedió en el primer semestre de este año, más países querrán entrar a la guerra de precios. Me parece que repensar el T-MEC es resguardar también la apuesta por el nearshoring, la estrategia de relocalización de empresas y de cadenas de producción, que se perfila como una buena oportunidad para que México transforme su capacidad económica y se consolide como el principal socio estratégico del comercio internacional en América.
La próxima revisión al T-MEC no será técnica, sino política. Y en ese terreno, quien no se adapta, pierde. El objetivo no debe ser mantener el T-MEC a toda costa, insisto, sino convertirlo en una herramienta para un desarrollo más justo, moderno y resiliente. México debe llegar preparado, con un pensamiento de renegociar para fortalecer, además de una visión clara de qué quiere defender y qué está dispuesto a transformar; porque si algo ha quedado claro en los últimos años, es que saber competir ya no basta. Como lo he mencionado anteriormente: ahora toca que México lidere. ____ Nota del editor: Martín Pustilnick es Co-Founder y CEO de MUNDI, la compañía de servicios de financiamiento especializados en comercio internacional para todo tipo de exportadores mexicanos. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión
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