Renegociación de T-MEC pone en el foco a AT&T
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Las versiones de una posible venta de AT&T México cimbran al mercado móvil. La situación refleja un trasfondo político vinculado a presiones de Estados Unidos sobre el entorno regulatorio que enfrentan las empresas de telecomunicaciones, ante la nueva política en esta materia. Dos fuentes con conocimiento del asunto aseguraron a Expansión que, al interior de la compañía, el trascendido sobre la posible venta de la operación mexicana ‘los tomó por sorpresa’. Sin embargo, consideran que estas versiones responden más a un contexto de presión derivado de la relación tensa que atraviesan los gobiernos de México y Estados Unidos.
“Mientras que el gobierno (de Estados Unidos) se calma con el nuestro (México); ahora las compañías (como la matriz) mandan mensajes sobre irse o dejar de invertir. Pero la operación mexicana dice estar contenta con sus resultados”, comentó una de las fuentes, que pidió no ser identificada porque el asunto no es público. AT&T aseguró a Expansión que ‘son rumores’ las versiones sobre la posible venta de su filial en México y recordó que la compañía ha enfrentado versiones similares en distintos momentos, a lo largo de la década que lleva operando en el país. La firma, que desembarcó en México en 2015, enfrenta hoy un entorno cada vez más adverso en términos regulatorios y competitivos en el mercado de telefonía. América Móvil mantiene su posición de preponderancia, mientras nuevos jugadores como Bait, el servicio de telefonía móvil de Walmart, ganan terreno con ofertas agresivas. A ello se suma un giro en la política del sector: el Estado con la CFE busca convertirse en un competidor directo de la estadounidense y, al mismo tiempo, asumir funciones regulatorias tras la desaparición del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Esta dualidad, junto con la negativa del gobierno mexicano a reducir el costo del espectro radioeléctrico, ha incrementado la presión sobre operadores privados como AT&T. Estos factores han llamado la atención directamente de Estados Unidos, particularmente de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), cuyo rol es identificar las barreras comerciales que enfrentan las empresas estadounidenses en otros países y las informa de manera directa a la Casa Blanca. “Esa transición (de la nueva política en el sector) suscita importantes preocupaciones sobre el cumplimiento continuo de México con sus obligaciones en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)”, dijo la Oficina del Representante Comercial. De acuerdo con el organismo estadounidense se busca presionar a México para que considere cambios que reduzcan los costos generales del espectro y aborden el poder de mercado del proveedor dominante. La lectura de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos toma mayor peso en vísperas de la revisión del T-MEC que se espera inicie en septiembre de este año. Adolfo Cuevas, excomisionado presidente del IFT, advirtió que la creación de la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT), el organismo que asumirá las funciones del extinto Instituto Federal de Telecomunicaciones, coloca a México en una situación delicada. Según Cuevas, la nueva entidad carecerá de verdadera autonomía, al estar subordinada a una agencia completamente dependiente del Poder Ejecutivo, lo que podría abrir la puerta a decisiones influenciadas por criterios políticos y orientados a beneficiar a ciertos actores del sector. “El ingeniero Slim y el gobierno tienen una relación más estrecha por las inversiones que ha realizado en Pemex y el Tren Maya, y esto es una clara preocupación de la USTR, así como un llamada de auxilio de auxilio de AT&T por su delicada situación en México”, advirtió.
El lado B de la venta de la filial de AT&T La operación mexicana se encuentra en un punto de ‘equilibrio’ financiero, al cerrar el año pasado con un aumento de 16.5% en su EBITDA, e ingresos de 4,232 millones de dólares, que implicaron 7.6% más que en 2023. Sin embargo, México representó menos del 1% de las ventas operativas totales en 2024, detalla el reporte financiero anual de la compañía. Cuevas recordó que la operación mexicana también afronta desafíos desde la matriz, ya que desde hace tiempo, el corporativo, ubicado en Dallas, Texas, no otorga recursos frescos a la filial mexicana, de ahí que la empresa esté limitada a realizar ciertas inversiones. AT&T en Estados Unidos opera en un mercado cada vez más complejo en donde los operadores comienzan a adquirir operaciones de otros jugadores para concentrar mayores activos y en esas circunstancias la matriz buscaría enfocar sus esfuerzos a invertir en el mercado donde obtiene los mayores rangos de ingresos. “México ya no es un mercado para hacer negocios tan atractivos para AT&T. Telefónica, la empresa que se volvió elemental para sus ingresos está en venta, es probable que su salida modifique las finanzas de la empresas. AT&T matriz buscaría fortalecer su estrategia en donde más lo necesita”, dijo José Otero, director ejecutivo de ICT development consulting. Una de las fuentes comentó que los movimientos que realiza AT&T matriz no los comenta de inmediato a las filiales. “Las versiones de venta se pueden entender como una forma de aprovechar el momento en donde Telefónica está a la venta y los ojos de los inversores pueden estar en México, a pesar de que AT&T está en un postura de no necesito ir me, pero es una oportunidad para hacerlo”. Pero adquirir una operación del tamaño de AT&T México es complejo, a pesar de lo atractivo que podría resultar para algún interesado, debido a las circunstancias que rodean al sector de las telecomunicaciones. La nueva política -a pocas semanas de haberse publicado por Decreto- entrará en vigor con una industria casi quebrada, con un operador (Telefónica) con la intención real de salir del mercado y otro con versiones de venta, cuyos movimientos son en detrimento para el consumidor.
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