Reino Unido se compromete a suavizar la regulación del sector financiero
Rachel Reeves, ministra de Economía de Reino Unido, prometió ayer 15 de julio, a los bancos y mercados que desregulará el sector financiero, en un intento de reactivar la economía británica y atraer empresas extranjeras.
Sus reformas “reintroducirán en el sistema la asunción de riesgos con conocimiento de causa y reducirán la burocracia innecesaria”, dijo su Ministerio, haciendo eco de un mensaje que Reeves lanzó por primera vez el año pasado.
“En demasiados ámbitos, la regulación sigue actuando como una bota en el cuello de las empresas, ahogando el espíritu emprendedor y la innovación, que son la savia del crecimiento”, mencionó Reeves ayer en un discurso.
“Los reguladores de otros sectores deben hacer suyo el llamado que hago esta tarde, no ceder a la tentación de la excesiva cautela, sino regular con audacia en favor del crecimiento al servicio de la prosperidad en todo nuestro país”, agregó la funcionaria británica.
El gobierno laborista del primer ministro, Keir Starmer, tiene dificultades para cumplir su promesa de impulsar el crecimiento.
El Ministerio de Hacienda informó que planea crear un servicio dedicado “a cortejar activamente a las empresas internacionales de servicios financieros” con el objetivo de hacer de Reino Unido “el destino número uno para las empresas de servicios financieros en el 2035”.
El Tesoro y los reguladores del sector anunciaron ayer 15 de julio, otras iniciativas de reforma, encaminadas a permitir que los bancos concedan más préstamos a particulares para la compra de inmuebles, simplificar las normas de salida a bolsa y relajar la responsabilidad de los altos ejecutivos.
Londres también quiere reformar las normas que separan las actividades minoristas y de inversión dentro de un banco, lo que se conoce como ring-fencing.
Además, el Banco de Inglaterra anunció un aplazamiento de un año, hasta el 2028, de las nuevas normas que endurecen los requisitos de capital de los bancos.
Reeves, conocida oficialmente como Chancellor of the Exchequer, tenía previsto pronunciar ayer por la noche el Mansion House Speech, un discurso muy esperado por la comunidad empresarial británica.
Se encuentra bajo presión para equilibrar las cuentas de Reino Unido, tras varios costosos giros en U del gobierno de Starmer, que dio marcha atrás en los recortes de las prestaciones sociales tras una reacción violenta de sus propios legisladores.
Muchos economistas creen que Reeves, quien ha prometido una disciplina “férrea” sobre las finanzas públicas, no tendrá más remedio que subir los impuestos en el próximo presupuesto de otoño.
Aunque los anuncios de la canciller fueron aplaudidos por la City ayer 15 de julio, los profesionales de las finanzas también temen que opte por dirigirse a los bancos o a los contribuyentes más ricos para recaudar dinero.