Redes sociales y elecciones: ¿la panacea?
El acceso a internet y a las redes sociales ha transformado profundamente la comunicación y la interacción en el intercambio de información política. En un entorno globalizado, estas plataformas se han convertido en medios indispensables para la comunicación política y la conformación de la opinión pública. Prueba de ello es su creciente influencia en los procesos electorales de los últimos años.
De acuerdo con el estudio más reciente publicado por We Are Social en abril de 2025, actualmente hay 5,560 millones de personas con acceso a internet en el mundo, de las cuales al menos 5,240 millones utilizan redes sociales. De estos usuarios, el 63.9% recurre a dichas plataformas como fuente de información, incluidos temas políticos.
Desde la campaña disruptiva de Barack Obama en 2008, pasando por las controvertidas campañas de Donald Trump en 2016 y 2024, así como las de Narendra Modi en la India (2014), Justin Trudeau en Canadá (2015), Jair Bolsonaro en Brasil (2018), Jacinda Ardern en Nueva Zelanda (2020) y Gustavo Petro en Colombia (2022), todas comparten un elemento común: el uso estratégico de las redes sociales. Estas herramientas, adaptadas a las condiciones geográficas, culturales, políticas, sociales y económicas de cada país, fueron clave para el éxito de sus respectivas campañas presidenciales.
Los casos de éxito en el uso de redes sociales en campañas políticas se han extendido a todos los niveles de gobierno. No obstante, su efectividad puede verse considerablemente limitada cuando la regulación impone restricciones que obligan a que las campañas sean exclusivamente orgánicas, es decir, sin la posibilidad de pautar ni segmentar contenidos de forma estratégica.
Esto nos lleva al ejercicio inédito que se desarrolla actualmente en México: las elecciones en el Poder Judicial. México cuenta con una lista nominal de 99,7 millones de ciudadanos. Se elegirán 881 cargos a nivel federal y 1,787 cargos de personas juzgadoras en el ámbito local, distribuidos en 19 entidades federativas.
Aunque el uso de redes sociales como fuente de información ha crecido significativamente en México, las condiciones bajo las cuales se desarrollan las campañas judiciales presentan retos sustanciales. Las restricciones normativas obligan a que la difusión de propuestas se limite a contenidos orgánicos, lo que reduce su alcance. ¿Podrán estas plataformas comunicar de forma efectiva los mensajes de campañas encabezadas por perfiles técnicos y motivar a la ciudadanía a participar activamente en la elección?.
El desafío es enorme. Pero el resultado de este ejercicio será clave para valorar si las redes sociales, sin recursos ni estructuras políticas detrás, pueden sostener una elección democrática de esta magnitud.
El único antecedente comparable es el de Bolivia, donde el voto es obligatorio. En 2024, más de 7.3 millones de ciudadanos votaron por 38 cargos de magistrados y jueces, cuyas campañas también se difundieron principalmente a través de redes sociales. No obstante, el resultado fue un alto nivel de rechazo: el 60% de los votos emitidos fueron nulos, reflejo de un electorado desinformado o poco convencido.
El acceso digital no garantiza, por sí solo, comprensión ni participación democrática. Las redes sociales son herramientas poderosas, pero requieren estrategia, regulación y educación cívica para no convertirse en simples espejismos democráticos.
“Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de la autora.”
*El autor es internacionalista, Asociada COMEXI.
X: @Fanhuarivas