¿Quién levantará a México? El llamado al empresariado humanista

La coyuntura política actual nos coloca frente a una pregunta urgente:

¿Tiene la presidenta Claudia Sheinbaum la capacidad de enfrentar los estragos estructurales heredados por décadas, agudizados por la pandemia y por una creciente desarticulación entre Estado, sociedad y empresa?

Más allá de la polarización política, este momento histórico exige una mirada lúcida, crítica y propositiva desde el Humanismo Mexicano. Y en particular, exige un llamado a quienes tenemos en nuestras manos la posibilidad de cocrear un país más sano, literal y simbólicamente: el empresariado.

El nuevo liderazgo en la Presidencia

La figura de Claudia Sheinbaum representa un cambio histórico por razones evidentes, pero más allá del simbolismo, lo que está en juego es el rumbo del país ante un entorno comercial incierto, tensiones internacionales y, especialmente, un sistema de salud que ha colapsado.

Como lo señala el reciente artículo de opinión publicado en el New York Times en Español el 6 de abril de 2025, titulado “Claudia Sheinbaum y Donald Trump: ¿una relación improbable?, Sheinbaum no solo tendrá que enfrentar a Trump y las presiones comerciales del norte, sino también un país agobiado, no por falta de talento, sino por estructuras debilitadas. ¿Será capaz de hacerlo con conciencia, visión y con la escucha activa que exige el liderazgo humanista?

Análisis: Un sistema de salud en ruinas y su vínculo con el tejido social roto

Hoy el sistema de salud mexicano padece no solo por desabasto, corrupción o burocracia, sino por la falta de una mirada humanizante e integral. La atención a la salud ha sido fragmentada, centralista y alejada de la vida cotidiana de las personas trabajadoras.

En mi opinión, la salud familiar es un sistema vivo de interdependencias. ¿Y qué pasa cuando los vínculos comunitarios, empresariales y familiares se ven dañados?, también lo hace la salud pública. Nuestro sistema de salud está siendo un reflejo de nuestro tejido social roto. Además, el modelo hospitalocéntrico y curativo ya no responde. Debemos de migrar a una propuesta más articulada que integre los tres niveles de atención: un enfoque preventivo, sistémico, ocupacional y profundamente humano.

El rol transformador del empresariado mexicano, una propuesta sostenible.

Aquí es donde entra nuestra corresponsabilidad. No podemos seguir esperando que el gobierno resuelva lo que también es nuestra tarea. El sector empresarial, especialmente las pymes y las empresas familiares —motor económico de este país—, tiene una oportunidad inédita para hackear el colapso del sistema de salud desde la acción creativa, la innovación responsable y el cuidado del activo humano.

Como señalaba Colin Mayer, el propósito de la empresa debe ir más allá del lucro: debe ser una fuerza de bienestar. Y en México, eso empieza por invertir en salud ocupacional, programas de bienestar preventivo y ecosistemas laborales regenerativos.

Evidencias mexicanas que lo hacen posible

Según el IMSS (2024), solo el 11% de las empresas en México cuentan con programas activos de salud preventiva en el lugar de trabajo.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2023) revela que 3 de cada 10 personas trabajadoras presentan síntomas de burnout o agotamiento crónico.

Iniciativas como horarios flexibles; inversión en salud ocupacional; diseño de modelos de compensación total basado en la experiencia del colaborador entre otras, han demostrado que la inversión en bienestar genera retornos económicos medibles: menor rotación, mayor productividad y sentido de pertenencia.

Desde mi experiencia personal, profesional y como ciudadano mexicano, puedo decirlo con convicción: cuidar a nuestra gente no es un lujo, es una estrategia de sostenibilidad humana.

Crítica con responsabilidad: ¿Qué tipo de liderazgo necesitamos?

En medio del desgaste institucional y la narrativa triunfalista, el liderazgo político necesita más que diplomas y discursos técnicos. Necesita sensibilidad, capacidad de escucha y vocación de servicio. Como diría Martin Buber, “toda verdadera vida es encuentro”. Y hoy México necesita líderes que quieran encontrarse con su gente, sin filtros, sin arrogancia, con disposición de servicio genuino.

¿Puede Claudia Sheinbaum convertirse en esa líder? No lo sabemos aún, no obstante ganó con el 60% de votos lo cuál demuestra esperanza en la población, algo que no debe defraudarse. Pero sí sabemos que quienes estamos fuera del poder político tenemos poder social y económico para incidir. Hacer una reforma inteligente, literal y simbólica para la reconstrucción del país. Esto empieza en cada empresa, en cada comunidad de trabajo, en cada decisión que pone a la persona en el centro.

El humanismo como esperanza resolutiva

Frente al desencanto, el Humanismo Mexicano ofrece una vía posible: reconstruir el país desde la empatía, la responsabilidad compartida y el sentido de trascendencia y como siempre lo ha mostrado la mexicanidad, con trabajo fuerte. Así lo planteó Viktor Frankl, “la vida no se trata de lo que esperamos del mundo, sino de lo que el mundo espera de nosotros/as.”.

Y hoy, el mundo —y México— esperan del empresariado una respuesta distinta. Una más consciente. Una que no se limite a sobrevivir al vaivén político, sino que actúe como motor de cohesión social, de cuidado, de regeneración. Una con responsabilidad y hacerse cargo de lo que nos toca con ahínco.

Al empresariado

Empresarias, empresarios: este no es el momento de esperar, sino de liderar. No deleguemos al Estado una responsabilidad que también nos pertenece. Invirtamos en salud, en cultura preventiva –salud ocupacional–, en bienestar real. Formemos redes que compartan buenas prácticas, que financien soluciones, que apuesten por lo humano.

Porque si algo he aprendido como Desarrollista Humano, es que ninguna nación se levanta sin salud, sin sentido y sin esperanza compartida. Y eso solo se construye desde el encuentro, desde el cuidado y desde la acción ética.

Como diría Martha Nussbaum, “la justicia se mide en la capacidad de vivir una vida que valga la pena ser vivida”. Hagámoslo posible. Desde nuestras empresas, desde nuestras decisiones, desde nuestro liderazgo humanista.

Abrazo esperanzador en letras.

Jaime Cervantes Covarrubias

*El autor es Doctorante en Desarrollo Humano, Universidad Motolinía del Pedregal, México; Master en Desarrollo Humano, Universidad Iberoamericana, México; Master ejecutivo en Liderazgo Positivo Estratégico, Instituto de Empresa, España. Licenciado en Comunicación Gráfica y Columnista en El Economista.

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