¿Quién es el nuevo ministro presidente?

En realidad muy pocos iniciados e internos de alta jerarquía de la 4t saben quién es Hugo Aguilar Ortiz, por votación, el nuevo presidente de la SCJN. Su llegada, es para muchos una sorpresa, para otros menos.

El remedo de elección se diseñó de tal manera, que bastaba con que los servidores de la nación repartieran en acordeones los nombres de quienes, el grupo dominante en Morena, quería que fueran electos.

Aparentemente, al interior de la élite del poder, el que logró mayor consenso fue Aguilar Ortiz. Lenia Batres y Yasmín Esquivel, fueron menos agraciadas. No me parece extraño, si querían vestir de legitimidad popular la renovación del poder judicial, la persona de Hugo Aguilar, venía como anillo al dedo. Mixteco de origen, abogado y luego maestro por la universidad autónoma Benito Juárez de Oaxaca; defensor de derechos indígenas y asesor de la ONU. Contrastaba altamente con la señora super producida de Yasmín y con la más bien líder universitaria Lenia Batres.

De cualquier forma será el titular de uno de los poderes de la república (o lo que queda de ella) y antes de observar que irán decidiendo los nuevos ministros y todos los demás, recupere sus tres propuestas aparecidas en la página del INE, para ver si podíamos concluir algo de ellas.

1. Para una justicia congruente con la realidad, se debe impulsar una función jurisdiccional en territorio, incorporando visitas situ, el diálogo con las personas y la búsqueda de la situación efectivamente planteada, sin formalismos excesivos. Asimismo, se debe asumir una actitud abierta para aprender del otro, su especificidad, contexto y su realidad. De esta forma, los argumentos que sustenten las resoluciones no serán simples razonamientos formales, sino sustentados en la realidad.

Esta propuesta me parece altamente encomiable, el problema que tiene en contra, en primer lugar, es el tiempo. Revisar in situ y con dialogo con los involucrados para, “sin formalismos excesivos” las resoluciones no sean sólo formalismos legales sino de sustentados en la realidad. A lo mejor el nuevo ministro no sabe que las partes tienen la posibilidad de ver a los ministros para ofrecer sus argumentos de manera verbal, el día de hoy. Es imposible que los ministros se desplace por todo el territorio escuchando argumentos. Pero veremos, ante los miles de asuntos que cada año resuelve la corte a ver para cuantos le da tiempo de escuchar.

La segunda cosa, es lo de la realidad. ¿Qué consideramos real? ¿Qué afecta o no nuestra percepción de la realidad? En fin.

2. Se debe tener presente el carácter terminal que tienen las resoluciones, así como el hecho de que nadie posee la verdad absoluta. En este sentido, se debe fortalecer un enfoque multidisciplinario, dando intervención a las instancias especializadas en todas las materias, ampliando y consolidando la figura de Amicus Curiae. Asimismo, se debe privilegiar el diálogo con las partes para examinar con mayor profundidad las controversias.

Esta propuesta me parece razonable y deseable. De nuevo el tiempo y de lo que es capaz una o nueve personas.

3. Evitar que la función jurisdiccional sea obstáculo del cambio social. Se deberá estar atento al contexto nacional para la resolución de los temas centrales de la vida pública. Para ello, se debe privilegiar un diálogo republicano entre los poderes de la Unión, las Entidades Federativas, los Municipios, los Pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas.

En esta propuesta mi opinión es irrelevante, el derecho es una fuerza transformadora en si mismo, no impide el cambio social, lo que impide es que alguien o una entidad actúen fuera de la ley. A nuestro nuevo presidente le toca precisamente decir que está o no fuera de la ley y, por lo tanto, impedir o no que alguien que dice enarbolar el cambio social, sea o no encarcelado por intentar “su” cambio social. Nada más, pero nada menos, también.

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