¿Qué será de nuestras voces y recuerdos en la era de la IA?

Mi abuelita fue una mujer de radio: su mundo giraba en torno a las voces que escuchaba en todo tipo de programas y los locutores eran parte de su vida. Para nosotros, sus nietos, no fue diferente: crecimos con la televisión, con esas voces inolvidables que “doblaron” nuestras caricaturas, series y hasta los anuncios comerciales. ¿Quién no recuerda alguna de esas voces que parecen parte de nuestra vida?

Hoy todo está cambiando. Y sí, la Inteligencia Artificial tiene mucho que ver. Hace poco, la cadena de supermercados Soriana utilizó IA para que su personaje icónico Julio Regalado interactuara en tiempo real en TikTok. El INE lanzó un spot institucional en TikTok, usando una voz clonada, que supuestamente emulaba la de Pepe Lavat. Y a esta lista, se suman situaciones similares de bancos y marcas como Tesla y Puma.

¿La IA terminará con el prestigio internacional de los locutores y el doblaje mexicano, consolidado por su calidad técnica, talento e impacto cultural en América Latina?

“En general, todos los locutores hemos visto disminuida la cantidad de trabajo, porque muchas cosas que antes se hacían con nuestra voz ahora las hacen con Inteligencia Artificial, por ejemplo, videos corporativos o maquetas de anuncios”, me cuenta Gaby Torres, locutora y psicóloga.

Pero no solo es la IA. Desde hace más de 30 años, los locutores comerciales y actores de doblaje en México han buscado mejores salarios y condiciones, así como el reconocimiento de su profesión. “Por ejemplo, queremos que vuelva la licencia de locutor, que se eliminó en 1994. Antes debías aprobar un examen para poder hablar en los medios; no cualquiera podía pararse frente a un micrófono. Esta es una profesión que requiere preparación y horas de estudio”, dice Torres.

Hace unos días, el gremio se manifestó para exigir cambios en la Ley de Derechos de Autor, la Ley de Protección de Datos Personales y la Ley Federal de Radio, así como regulaciones claras para la IA. Según Torres, buscan las 4C:

  • Consentimiento, para autorizar si su voz se usa con IA.
  • Control, para saber dónde y cómo se emplea el audio.
  • Crédito, que reconozca al autor de la voz.
  • Compensación justa, porque la IA se alimenta de voces humanas sin remuneración. “Lo que han hecho es utilizar nuestras voces, muchas veces con engaños, y mezclarlas como en una licuadora. Lo que se vende genera ganancias, pero no para nosotros”, explica la locutora mexicana.

¿Cuántas personas se verían afectadas si la IA cambia la “jugada” del mercado de voz en México? Es difícil saberlo, porque no hay cifras oficiales claras y muchos trabajan de forma independiente, sin pertenecer a un gremio.

El INEGI reporta 8,298 personas dedicadas a la locución en México, mientras que Data México registra 4,830 locutores activos en radio, televisión y otros medios, con un salario promedio de 5,280 pesos al mes. En cuanto a actores de doblaje, se estima que hay alrededor de 300 profesionistas registrados. Sin embargo, la presidenta de la Asociación Mexicana de Locutores Comerciales (AMELOC) advierte que la IA pone en riesgo el sustento de más de 10,000 familias vinculadas directa o indirectamente a la locución y el doblaje.

Pero más allá de los números, se trata de un legado cultural.

“Yo nací en Canadá y aunque mi madre es mexicana, nunca hablábamos español. Lo aprendí viendo programas mexicanos; crecí escuchando voces y frases que me hicieron soñar con ser locutora cuando fuera grande”, me dice Sonia Flake, quien desde hace 25 años es comentarista de radio en español en su país. “Si desapareciera nuestra profesión porque es más barato y rápido usar software, estaríamos perdiendo parte de nuestra identidad y legado cultural”.

Y no es un tema exclusivo de México. Muchos recordarán cómo el año pasado Fran Drescher, la actriz de La Niñera, encabezó la huelga del SAG-AFTRA y el WGA en EU para exigir regulaciones frente a la IA y proteger su trabajo.

Siendo optimistas, quizás este dilema global empuje a que el doblaje y la locución mexicana obtengan la protección que han buscado desde hace años. De hecho, YouTube ya anunció que solo monetizará videos con voces humanas reales y contenido original. Además que infinidad de proyectos apoyados con tecnología e IA (como los audiolibros) están contratando voces profesionales humanas.

Además, todavía hay empresas y emprendedores que apuestan por el talento humano, en parte porque el público rechaza cuando la IA sustituye a las voces que les son entrañables.

Porque hay que recordar que las voces que han marcado nuestras vidas no son solo sonidos: son emociones, historias y vínculos que la tecnología no puede imitar. Quizá la pregunta real no es si la IA puede reemplazarlas, sino si nosotros permitiremos olvidar el valor humano que hay detrás de cada palabra que nos ha hecho soñar, reír, llorar o reflexionar.

Cuando mi abuelita cumplió 90 años, mi tía llamó a “El Fonógrafo”, uno de sus programas favoritos, para que la felicitaran al aire. Lloró de la emoción: hasta le dedicaron una de sus canciones preferidas. ¿Podría la IA replicar esa magia?

*Esta columna quincenal, llamada “IA: Integrados y Apocalípticos” filosofa sobre la Inteligencia Artificial, con sus pros y contras y cómo se va integrando en la vida cotidiana.

admin