Por qué Trump dio su brazo a torcer ante los mercados con su tregua en los aranceles
Donald Trump no ha aguantado el pulso ni siquiera una semana. Tras declarar la guerra comercial al mundo en su tercer “Día de la Liberación”, el presidente de Estados Unidos tuvo que rendirse a la evidencia de que estaba llevando al país, y con él a la economía global, a una recesión. La gota que colmó el vaso fue el castigo a los títulos del Tesoro. Antes, el desplome de la Bolsa, las críticas internas y las advertencias de inversores y empresarios habían puesto al presidente contra las cuerdas. Estaba a prueba su capacidad de aguante y ha sido menor de lo que se esperaba. El presidente de Estados Unidos decretó una tregua parcial de 90 días en la guerra comercial, de la que solo dejó al margen a China, a la que redobló el castigo. El giro debilita la posición negociadora de Trump, justo lo que quería evitar.