¿Por qué las personas ricas gastan menos en papel de baño?

¿Por qué las personas ricas gastan menos en papel de baño?

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No es un chiste ni un meme de internet: las personas ricas realmente gastan menos en papel higiénico . Así lo confirma un estudio económico que, en el fondo, tiene toda la lógica del mundo. Investigadores de la Escuela de Negocios Ross, de la Universidad de Michigan — Mike Palazzolo y Yesim Orhun — analizaron durante siete años los hábitos de consumo de 100 mil hogares en Estados Unidos. Su conclusión fue clara: quienes tienen más recursos económicos tienden a gastar menos , en promedio, en productos de uso básico como el papel higiénico.


¿Qué se puede hacer?


¿Cuál es la lógica detrás?
El fenómeno no se limita al papel higiénico , pero este producto fue elegido como ejemplo porque es un bien universal, presente en casi todos los hogares, y porque suele ofrecerse en promociones del tipo “3×2” o “formato familiar”, fenómeno que en México tiene su formato en amplias ofertas de verano. Las
personas con mayores ingresos suelen aprovechar estas ofertas , compran en grandes cantidades y pagan menos por unidad. En cambio, los hogares con menos recursos enfrentan una realidad distinta: no siempre pueden hacer una compra grande de golpe, aunque les resulte más barato a largo plazo. “La frugalidad es difícil de pagar”, afirman los autores del estudio. La falta de liquidez limita la capacidad de esperar a que lleguen las promociones o de hacer compras por volumen. Muchos compran justo cuando reciben su salario y adquieren paquetes más pequeños, más caros y, en ocasiones, de menor calidad.
¿Por qué los hogares con menos recursos no compran al mayoreo? Porque
simplemente no tienen margen para hacerlo . Quienes viven al día deben dividir su gasto de forma estricta entre rubros como alimentos, transporte o servicios. Si destinan una cantidad mayor a papel higiénico en una sola compra, tienen que recortarlo de otro lado. Además, muchos hogares enfrentan otra limitante: el espacio. No todos pueden almacenar paquetes grandes o aprovechar las “gangas” que implican volumen. En resumen: ahorrar también cuesta. Quienes tienen más dinero no solo compran más, también pueden elegir cuándo hacerlo. Para
quienes ganan menos, el consumo es más reactivo y forzado por la necesidad inmediata. Aunque para muchas personas con ingresos bajos es difícil aprovechar ofertas por falta de liquidez, existen estrategias sencillas que pueden ayudar a reducir el gasto en productos básicos. Una opción es
planificar las compras con anticipación para identificar momentos clave de promociones, sobre todo en artículos no perecederos como papel higiénico, jabón o pasta dental. Otra alternativa útil es
organizar compras colectivas entre familiares o vecinos . Esto permite adquirir productos en grandes cantidades, dividir los costos y aprovechar precios por volumen sin desbalancear el presupuesto individual. También vale la pena estar al tanto de las apps y programas de lealtad de los supermercados, que a menudo ofrecen descuentos adicionales o cupones digitales. Si el espacio lo permite,
destinar una pequeña parte del ingreso mensual para compras estratégicas puede marcar una diferencia. Incluso con un presupuesto limitado, separar una cantidad específica para aprovechar una buena oferta puede ayudar a largo plazo.
Una conclusión que va más allá del papel higiénico Este estudio revela algo más profundo que una simple diferencia de precios: muestra cómo la pobreza no solo limita lo que se compra, sino también cómo se compra. En un sistema donde el ahorro se recompensa con volumen y planeación, muchas personas no pueden acceder a ese tipo de consumo eficiente. En otras palabras, ser pobre también implica pagar más por lo mismo.

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