Pemex arrastra adeudos sin cuantificar con proveedores por fallas en facturación

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Varias empresas que prestan servicios a Pemex dejarán de operar en julio si la petrolera estatal no liquida los adeudos que mantiene con ellas. Se trata de compañías —muchas de ellas pequeñas y medianas— que llevan meses sin recibir pagos y cuyos flujos de operación están al límite. La situación no solo compromete sus finanzas: pone en riesgo la continuidad de proyectos clave de exploración y extracción. “Es muy difícil sostener una actividad sin pago. Si Pemex no honra sus compromisos, las empresas no pueden estar trabajando de gratis”, declaró Rafael Espino De la Peña, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (Amespac), en entrevista. La advertencia no es nueva, pero la situación se ha vuelto crítica. Según Amespac, más de 47 compañías afiliadas, en su mayoría pequeñas y medianas empresas, enfrentan un escenario en el que la falta de pagos por parte de Pemex compromete seriamente su operación. Muchas tienen como único cliente a la petrolera estatal.

El gobierno promete cubrir pagos, pero el presupuesto

Espino detalló que el monto reconocido oficialmente como adeudo asciende a 400,000 millones de pesos, sin incluir trabajos que ni siquiera han sido facturados debido a problemas con el sistema interno de conciliación de pagos de Pemex, conocido como Copades. “Para dar una idea, tenemos más de 50,000 millones de pesos que ni siquiera están facturados porque el sistema no lo permite”, señaló el dirigente empresarial. Además, algunos pagos se remontan a trabajos realizados desde el año pasado. Aunque la administración federal ha asegurado tener un plan para resolver la crisis, los proveedores dicen no haber visto señales concretas de que así sea. “El tema aquí es cómo se va a pagar lo que se debe, porque si ya no hay dinero, cómo van a enfrentar la deuda. No vemos que haya un presupuesto autorizado ni alguna iniciativa en el Gobierno para ver cómo se va a enfrentar esto”, lamentó Espino De la Peña. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, intentó calmar las aguas esta semana al asegurar que los pagos se normalizarán en julio. “Hay un plan. Ya está resuelto y se van a empezar a normalizar también todos los pagos a proveedores a partir del próximo mes”, dijo durante un evento en Ciudad del Carmen, Campeche. Sin embargo, en el sector reina la incredulidad. Espino recordó que desde diciembre pasado se han hecho promesas similares sin que se haya materializado ninguna solución duradera. “Vivimos una situación de total incertidumbre”, afirmó. Los datos respaldan la preocupación. Aunque Pemex realizó pagos por 147,000 millones de pesos al cierre del primer trimestre, los adeudos totales superan esa cantidad por más del doble. Y la posibilidad de que se asignen más recursos parece limitada. Pemex Exploración y Producción (PEP), la subsidiaria donde se concentra el mayor volumen de deuda, ya ejerció más de 99,600 millones de pesos del presupuesto de 180,500 millones asignado para todo 2025. Es decir, más del 70% en apenas tres meses. “Vemos cómo el presupuesto de inversión para este año ya se redujo considerablemente. Ya estamos en junio y vamos a la mitad del año sin recursos suficientes”, advirtió el presidente de Amespac.

Operaciones en riesgo

Este panorama complica la posibilidad de que Pemex cumpla con su meta de 1.8 millones de barriles diarios de producción de hidrocarburos líquidos. La producción ya habría caído a cerca de 1.5 millones, según estimaciones del sector. Tan solo en el último año, el número de equipos de perforación activos se redujo drásticamente: de 56 en 2024 a solo 27 en la actualidad. Un claro indicador de la contracción operativa que ya está ocurriendo. “La tesorería de nuestros agremiados está seriamente comprometida. Esta es ya la cuarta o quinta alerta de que la situación es insostenible”, expresó Espino. El desajuste presupuestal y la falta de un plan claro para saldar las deudas no solo afectan a las empresas proveedoras, sino que ponen en entredicho la viabilidad de la política energética trazada por el Gobierno. “La línea de conducción de la empresa va en sentido inverso de los planes que trazaron en el plan energético. ¿De qué manera piensan lograr las metas gubernamentales si no se honran los pagos con la proveeduría?”, cuestionó Espino. El presidente de Amespac también apuntó que la falta de pagos ha desincentivado la participación de las empresas en nuevas licitaciones, lo que podría impactar directamente en proyectos futuros. “Eso significa no participar en nuevas contrataciones que Pemex solicita. Las empresas ya no tienen flujo de caja”, explicó. Mientras las promesas de regularización se multiplican desde el Gobierno, las empresas enfrentan cada día mayores restricciones para operar. La amenaza de paros técnicos en julio no es una medida de presión: es una realidad cada vez más probable.

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