Ola de suspensiones ordena a restaurantes en Benito Juárez y Cuauhtémoc

En los últimos seis meses, la industria restaurantera de las alcaldías Benito Juárez y Cuauhtémoc enfrenta una transformación profunda: un endurecimiento de inspecciones y clausuras como respuesta a viejas prácticas de corrupción que por años favorecieron la operación irregular de bares y restaurantes.
De acuerdo con entrevistas realizadas por Bistronomie a tres restauranteros de la Roma y la Condesa —quienes solicitaron el anonimato para evitar represalias—, desde noviembre de 2024 a la fecha se ha vuelto evidente un cambio de enfoque: ahora las autoridades aplican la ley de forma estricta, sin espacio para “arreglos” económicos o “mordidas”.
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“Hoy se cumple la ley. Antes era muy fácil: te pasabas del horario, invadías la banqueta, hacías ruido… y bastaba pagar para seguir igual. Eso ya se acabó, y aunque para muchos ha sido difícil adaptarse, creemos que es lo correcto para las colonias y los vecinos“, relató uno de los entrevistados.
Entre los principales motivos que provocan clausuras en Cuauhtémoc se encuentran:
- Incumplimiento de horarios de apertura y cierre: abrir antes de lo permitido para recibir proveedores genera tráfico, ruido y obstrucción de banquetas.
- Uso indebido del espacio público: carga, descarga y operación sobre banquetas, alterando la movilidad vecinal.
- Falta de apego a la normatividad urbana y ambiental.
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Restaurantes en los estados
Los propios restauranteros reconocieron que durante años se dio por sentado que operar “al margen” era parte del negocio, pero hoy ven positivo el cambio: “Si todos cumplimos, hay un piso parejo y las colonias estarán mejor”, añadieron.
Benito Juárez: la presión sobre los bares
En la alcaldía Benito Juárez, los focos rojos se han concentrado especialmente en la colonia Del Valle, donde los operativos recientes buscan frenar a bares y restaurantes-bar que:
- Exceden los horarios permitidos de operación.
- Generan niveles excesivos de ruido.
- Ocupan banquetas mediante servicios de valet parking.
Restauranteros consultados señalaron que el endurecimiento de las medidas responde a miles de quejas vecinales acumuladas, y aunque ha habido afectaciones para negocios formales, consideran que era necesaria una intervención.
“No es contra todos, es contra quienes violaban la ley sistemáticamente. Nosotros que tratamos de hacer bien las cosas, apoyamos que se acabe la impunidad. El problema era que algunos pagaban y hacían lo que querían, y eso afectaba a todos”, explicó uno de los empresarios entrevistados.
¿Un nuevo estándar para la gastronomía capitalina?
La transición hacia un cumplimiento pleno de las normas implica para los restaurantes:
- Reorganizar operaciones para respetar horarios de apertura, servicio y logística de proveedores.
- Invertir en adecuaciones de infraestructura urbana y control de ruido.
- Cambiar prácticas internas que durante años estuvieron normalizadas.
Aunque algunos empresarios temen afectaciones económicas, existe consenso en que la nueva regulación, aplicada de manera pareja y sin corrupción, contribuirá a ordenar el ecosistema urbano y mejorar la convivencia en zonas de alta concentración restaurantera.
“Se trata de respetar la ciudad donde vivimos y trabajamos. No puede ser que el dinero defina quién puede molestar a los vecinos y quién no”, concluyó otro de los entrevistados.
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