Ofrecen a citrícolas mayor seguridad

Nueve días después del asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, dirigente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA), autoridades federales, estatales y municipales se reunieron en privado con productores de limón en Michoacán; se anunció el reforzamiento de operaciones de seguridad conjuntas para enfrentar la extorsión y cobro de piso en el estado.

“El homicidio de Bernardo Bravo no quedará impune”, cita el mensaje que Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana del gobierno federal, publicó en la red social X tras el encuentro realizado en la sede de la 43 Zona Militar, en Apatzingán.

En su mensaje, que acompañó con tres fotografías en que aparece sentado a la mesa con Ricardo Trevilla, secretario de la defensa Nacional, y el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, entre otros funcionarios, durante la “Reunión del gabinete de seguridad con productores de limón en Michoacán”, informó que el encuentro se dio por instrucción presidencial.

“Por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, con el General secretario Ricardo Trevilla, titular de la Defensa, nos reunimos con productores de limón, el gobernador Alfredo Ramírez y otras autoridades locales, en Apatzingán, Michoacán, para escuchar sus inquietudes y fortalecer las acciones conjuntas frente a los delitos de extorsión y cobro de piso.

“Se reforzarán las operaciones conjuntas del gabinete de seguridad (del gobierno federal), la Fiscalía (local) y la Secretaría de Seguridad de Michoacán, así como las acciones de investigación e inteligencia para proteger al sector productivo y detener a quienes amenacen la paz de Michoacán”.

En el cónclave a puerta cerrada con representantes de productores de limón michoacanos participaron funcionarios de las secretarías de la Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública del gobierno federal, y de la Fiscalía General de la República (FGR) y Guardia Nacional (GN).

García Harfuch y el general Trevilla llegaron al lugar de la reunión a bordo de un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), en medio de un fuerte operativo de seguridad militar.

Con señales de haber sido torturado y un balazo en la cabeza, el cuerpo de Bravo Manríquez fue encontrado el pasado 20 de octubre por la mañana en el interior de su camioneta abandonada con el motor encendido en la brecha Apatzingán–Presa del Rosario, en la comunidad La Tinaja/Los Tepetates.

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