Nuestra economía hoy

La economía mexicana enfrenta un entorno desafiante y complejo, moldeado tanto por factores internos como externos. Hoy el país se encuentra en una fase de cero crecimiento y la senda hacia una recuperación sostenida aún enfrenta numerosos obstáculos. Uno de los principales desafíos internos es la persistencia de la inflación, el costo de bienes y servicios sigue siendo una preocupación significativa para los consumidores y las empresas. Las bajas en las tasas de interés si bien buscan mantener el consumo a largo plazo nos dan la señal de que Banxico ha abandonado su lucha por la meta objetivo para moverse al compromiso por el rango objetivo.

La economía mexicana se está viendo afectada por su dependencia de las exportaciones, especialmente hacia EU. El problema estriba en las tensiones comerciales internacionales y las políticas proteccionistas pueden impactar negativamente en las exportaciones mexicanas. Hay que entender que el T-MEC ha comenzado su revisión al mismo tiempo que sigue y seguirá siendo el pilar esencial para la estabilidad económica en virtud de que, entre otros beneficios, permite la fortaleza de la moneda mexicana. La realidad es que nuestra economía no viene creciendo de manera sólida a lo que se le agrega la inflación todavía latente. El turismo, un sector también clave, muestra señales mixtas, la inseguridad en ciertas regiones del país puede desincentivarlo a largo plazo como ya lo demuestran las estadísticas que señalan que, con relación a la afluencia de turistas, las naciones de Medio Oriente han venido creciendo a un mejor ritmo. En términos de inversión extranjera directa (IED), México sigue siendo una opción atractiva para los inversores gracias a su ubicación geográfica estratégica. No obstante, hace 7 años con economías idénticas en tamaño, Brasil ya nos supera en un 15% y recibe IED que ronda en los 80 MMDD anuales mientras nosotros seguimos atrapados en los 35 MMDD.

A esto hay que agregarle la incertidumbre política ya afecta la confianza de los inversionistas el ejemplo claro es, la llamada reforma judicial. Finalmente es vital mencionar la desigualdad económica y social, que continúa siendo el principal reto pese a las enormes sumas de dinero que año con año los gobiernos destinan en apoyos económicos a una parte importante de la población sobre todo en las áreas periféricas a las grandes ciudades y a las clases medias bajas, programas sociales como “Adultos Mayores”, becas, “Sembrando Vida” y “Jóvenes Construyendo el Futuro” buscan abordar las disparidades sociales, pero su efectividad a largo plazo está aún indefinida.

En resumen, la economía mexicana muestra un estancamiento que corre el riesgo de ser endémico al no tener otro motor más que el externo; la inflación, la dependencia del comercio exterior, la inseguridad y la desigualdad siguen siendo desafíos hacia adelante en un entorno en el que la reforma judicial y el rumbo de EU no ayudan.

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