No hay nadie que le explique

No hay nadie que le explique

No hubo un guiño.

Felicidades, mucha suerte en su presidencia y todo lo mejor para su país. Trabajaremos juntos para lo mejor de ambas sociedades.

No, tampoco palabras cordiales y mucho menos diplomáticas.

¿Qué le costaba?

La victoria de Rodrigo Paz en la segunda vuelta electoral fue legítima. Los bolivianos no votaron con acordeón.

La rudeza flota sin diplomacia. El silencio también es cómplice de los dogmas.

La presidenta Claudia Sheinbaum hizo una lectura poco ortodoxa de la victoria de Paz.

“Desde la perspectiva de los movimientos progresistas en América Latina, pues es una pena que se hayan dividido ahí en Bolivia”.

Fueron 21 palabras dirigidas al partido Movimiento al Socialismo (MAS). Se pelearon, se dividieron y perdieron en primera vuelta; fueron 21 palabras dirigidas a Morena.

La tropicalización de la diplomacia.

Rodrigo Paz no juega para la izquierda. Su playera lo delata como de centroderecha.

Así, sí. La presidenta mexicana leyó la victoria de Paz desde la diplomacia dogmática que le heredó AMLO. Los dogmas como examen diplomático. Si promueven el ornamento de progresistas, aunque no lo sean (como nos lo demostró AMLO), son países amigos y aliados.

Así es la diplomacia del presidente Donald Trump: dogmática. Amigos o enemigos. Aliados o desalineados.

No hay asesor en Palacio Nacional o secretario en Relaciones Exteriores que logre explicar, a la presidenta Sheinbaum, que la diplomacia dogmática es un cáncer para el Servicio Exterior Mexicano.

No hay quien le explique a la presidenta mexicana que el costo de oportunidad de la diplomacia de AMLO es enorme.

No hay quien le explique que es más costoso no viajar a Corea a la APEC que enviar a su secretario de Economía.

No hay quien le explique que el abandono de la Alianza del Pacífico tiene un costo para el país.

No hay quien le explique que no viajar a la República Dominicana para participar en la Cumbre de las Américas tiene un costo.

La política exterior de la Casa Blanca está moviendo olas en América Latina y el Caribe. Muchas olas.

Palacio Nacional se convirtió desde 2018 en un dique de contención dogmático, donde la democracia y los derechos humanos ya no son relevantes para articular la política exterior del país.

En verdad, ¿no hay nadie quien le explique la magnitud de la crisis diplomática que vive Latinoamérica, y que AMLO, junto a Bolsonaro y Trump, hicieron campaña a favor de las diplomacias dogmáticas?

¿No hay nadie que le explique que al Premio Nobel de la Paz no se le vota con acordeón?

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