Niño mexicano con IQ mayor que Einstein crea app para combatir el bullying
David Camacho es un niño de 13 años super dotado, su ecoeficiente intelectual es de 162 puntos, superior al de Albert Einstein, que era de 160. Sabe cuatro idiomas y le encanta la ciencia. Aunque su talento lo hizo destacar, también lo llevó a sufrir bullying, pero en lugar de quedarse callado y aguantar los insultos, decidió emprender y crear una aplicación para combatir las agresiones estudiantiles
Sufrí de bullying durante muchos años, hasta que dije ¡basta!, esto no puede seguir así, no debería estar pasando”, destaca David Da Vinci, como le gusta le que llamen.
Esa experiencia fue la chispa que lo impulsó a emprender y crear Macayos, una aplicación que busca combatir las agresiones escolares a través de la inteligencia emocional y el juego.
El proyecto, asegura, tiene un impacto social y económico: “previene problemas de salud mental que cuestan vidas y oportunidades. Económico porque cada peso invertido genera un retorno de productividad, innovación y talento”.
“Macayos no solo busca ser un negocio rentable, sino un motor para México, con jóvenes más preparados y con propósito, y crear generaciones socialmente responsables”.
App de niños para niños
Macayos se incubó en Startup México y hoy cuenta con el respaldo del Tec de Monterrey, la Universidad Anáhuac, la Universidad Autónoma de Coahuila y próximamente la Universidad Pedagógica Nacional.
El modelo de negocio es B2B (negocio a negocio), a través de licencias que las escuelas privadas adquieren por ciclo escolar y niño, porque los temas cambian de acuerdo al grado; y B2C (empresa a consumidor), porque si una persona lo quiere compara para su familia, lo puede hacer.
La aplicación es muy interactiva y existen tres tipos de usuario: macayito, que es el que usan los niños, padre de familia o maestros.
Cuando ingresan los niños ven una ruleta de las emociones para identificar cómo se sienten: “triste”, “triste-llorón”, “triste-enojón” o “triste-deprimido”. A partir de ahí, recorren escenarios gamificados en 3D, ya sea la escuela, la cancha o el hogar, que funcionan como juegos interactivos.
Los niños van obteniendo recompensas conforme avanzan, similar a lo que hace Duolingo con los usuarios.
Los padres y maestros pueden seguir el avance de los niños y conocer su estado emocional; sin embargo, no se trata de sustituir a un psicólogo, aclara David, sino de brindar herramientas de autoconocimiento y resiliencia: “Es a través de juegos que el niño va a ir aprendiendo cómo identificar sus emociones”.
La app tiene como personaje principal a David Da Vinci, quien ayuda a los niños a entender conceptos como el equilibrio emocional. “Creado por un niño para otro niño, qué mejor que un niño que sabe cuáles son los problemas que se sufren en una escuela, que mejor que un niño que ya vivió esto lo transmita a otro niño”, destaca.
