Netanyahu, en camino hacia una dictadura teocrática
Si la gente no despierta, Israel será una dictadura teocrática.
Lo dice Irit Keynan, historiadora y escritora israelí, integrante del grupo Bandera Negra en la Academia, en una entrevista para el periódico La Vanguardia de Barcelona (9 de septiembre).
En 1956, policías israelíes mataron a 49 palestinos por infringir un toque de queda en la ciudad de Kfar Qasim. Cuando el caso llegó al Tribunal Supremo hebreo, los agentes alegaron que se habían limitado a obedecer a sus superiores, pero los magistrados replicaron que las órdenes sobre las que sobrevuela “una bandera negra de ilegalidad” no debían ser acatadas.
Israel es o era una democracia, y como tal, tiene derechos y obligaciones. Derecho de llevar ante la justicia a todos los terroristas de Hamás que organizaron y llevaron a cabo el ataque del 7 de octubre de hace dos años.
Tiene la obligación de respetar el derecho internacional.
El gobierno de Netanyahu se resiste a llevar presos a los terroristas, los prefiere matar. Tampoco le preocupa lo que digan tribunales internacionales y organismos como la ONU.
El colectivo Bandera Negra en la Academia apela a la razón dejando a un lado la religión. No es fácil imaginar el sentimiento de desprecio por este colectivo por parte de Bezalel Smotrich y a Itamar Ben-Gvir, dos de los ministros ultrarreligiosos de Netanyahu.
“Nuestro Gobierno usa el Holocausto como justificación de todo, y eso no justifica todo. Al revés: como somos supervivientes del Holocausto, tenemos que ser mejores. Y ahora no lo somos. Sobre todo Netanyahu, que es experto en demagogia y ha incrustado en la mente de los israelíes la idea de que no tenemos elección, de que todo el mundo nos quiere matar. Durante años se nos ha educado en ser víctimas, y ahora nos hemos convertido en victimizadores”, comenta Irit Keynan.
¿En qué cabeza cabe que la totalidad de la Franja de Gaza es habitada por terroristas? (En una encuesta reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalén, el 64% de israelíes cree que “no hay inocentes en Gaza”). Esta es la premisa que impone Netanyahu a su población. Siguiendo esta idea estúpida, Trump podría lanzar ataques a todo el territorio mexicano justificados por una supuesta sobrepoblación de narcoterroristas en todo el país, incluyendo las colonias Roma y Condesa de la Ciudad de México. Derribar el Colegio México de la calle Mérida sería meritorio porque en los sótanos se esconden malosos narcoterroristas que usan a las instalaciones educativas como escudos humanos.
Es tan ridículo como patético justificar el lanzamiento de misiles a escuelas, hospitales y, en general, a viviendas urbanas porque en el subterráneo se esconden miles y miles de terroristas.
Los medios se están encargando de petrificar el genocidio. Existen calurosos debates si en verdad está ocurrido un genocidio a manos de Netanyahu o simplemente se trata de un acto de justicia en contra de los terroristas de Hamás.
En países como México, su gobierno federal se preocupa por contratar a médicos cubanos y a recibir en Palacio Nacional al abogado de un expresidente peruano que se encuentra en prisión. Sobre el genocidio en la Franja de Gaza no se habla nada.
En ocasiones, la SRE emite un comunicado con la forma de una plantilla elaborada hace 50 años.
Son pocos países los que reaccionan en defensa de la civilización. El resto, seremos cómplices.