Nearshoring se achica, pero México aún tiene cartas en sectores clave

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A pesar del giro proteccionista de Donald Trump, México conserva una ventana estratégica para insertarse en cadenas de suministro clave . Ya no se trata de atraer ensambladoras completas ni de competir por megafábricas. La nueva oportunidad está en los eslabones medios: piezas para autos, medicamentos, chips y minerales críticos. La relocalización total en territorio estadounidense tropieza con altos costos laborales e inversiones millonarias. Aunque el ” reshoring ” domina el discurso, la dependencia de cadenas seguras y próximas mantiene viva una parte del ” nearshoring ” para México.

Estados Unidos quiere de vuelta sus fábricas. Con el reshoring, busca rearmar su músculo industrial dentro de casa, alejarse de China y blindar su seguridad económica. México, en cambio, juega su propia carta con el nearshoring: atraer inversiones que prefieren proximidad, costos más bajos y un tratado comercial “favorable”. La relación bilateral no está exenta de tensiones. Migración, seguridad fronteriza y narcotráfico son moneda de cambio en la imposición de medidas comerciales. Pero también hay espacios de cooperación. Bajo el “Plan México”, lanzado por la presidenta Sheinbaum, el país busca atraer inversión extranjera, elevar el contenido regional de sus exportaciones y reforzar su base industrial. Un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS por su sigla en ingles) indentifica que una de la industrias estratégicas preparadas para complementar a Estados Unidos es la automotriz. México es el quinto productor mundial de autopartes, sexto en automóviles y primer exportador de tractocamiones. A pesar de la capacidad instalada en Estados Unidos, el costo de la mano de obra y la escasez de trabajadores hacen que producir en México siga siendo rentable. Para aprovechar esta ventaja, México debe consolidarse como proveedor preferente de autopartes y sustituir a fabricantes chinos, incluso a los ya instalados en el país. La revisión del T-MEC prevista para 2026 podría endurecer las reglas de origen. México necesita anticiparse. Otro sector estratégico es el de los semiconductores . Con 516 empresas operando en el país, México ha atraído inversiones clave. El gobierno impulsa el Proyecto Kutsari, que busca crear un ecosistema integral de diseño, prueba, ensamblaje y empaquetado de chips. Los primeros centros se ubicarán en Puebla, Jalisco y Sonora. Aunque el país no produce chips avanzados de principio a fin, se posiciona como aliado valioso para actividades adyacentes. Empresas como Foxconn anunciaron que fabricarán en México los chips GB200 para Nvidia. La relación con Arizona refuerza este vínculo. En 2024, el comercio bilateral en componentes electrónicos superó los 824 millones de dólares. El secretario de Econmía, Marcelo Ebrard, propuso incluir un capítulo sobre semiconductores en el T-MEC. Mientras Estados Unidos considera aranceles a los chips por razones de seguridad nacional, México se perfila como proveedor confiable frente a las distorsiones de mercado generadas por China. En farmacéutica , México también tiene espacio para crecer. Aporta solo 1.5% de las importaciones farmacéuticas de Estdos Unidos, pero concentra 400 laboratorios y filiales de 20 de las 25 mayores farmacéuticas del mundo. La pandemia mostró la urgencia de diversificar insumos. La Secretaría de Economía busca atraer inversión para fabricar medicamentos esenciales y vacunas. México puede posicionarse como plataforma de producción y exportación para abastecer a Estados Unidos y Latinoamérica. La colaboración binacional también incluye armonizar regulaciones, promover investigación conjunta y facilitar el acceso a propiedad intelectual. Un posible capítulo farmacéutico en el T-MEC abriría nuevas oportunidades para que México amplíe su participación en la cadena. El caso de los minerales críticos es igual de relevante. En 2024, México fue el segundo proveedor de minerales a Estados Unidos, solo después de Canadá. Cobre, zinc, antimonio y tierras raras colocan al país en el mapa de la seguridad económica. Las nuevas leyes mineras complicaron el ambiente de inversión, pero la presidenta Sheinbaum ya mostró voluntad para modernizar el sector. La apuesta es clara: una minería del siglo XXI, sostenible, tecnológica y con valor agregado local. Tras las restricciones impuestas por China en diciembre de 2023 sobre exportaciones de antimonio hacia Estados Unidos. United States Antimony Corp. (USAC) reactivó en abril de 2025 su planta de fundición en Madero, México, tras permanecer cerrada más de un año. Esta estrategia busca aprovechar socios norteamericanos. El CSIS apunta que la complementariedad económica entre México y Estados Unidos no ha desaparecido. A pesar del repliegue proteccionista y los nuevos aranceles, la geografía, los costos y la integración regional siguen jugando a favor de México. Si el país mantiene una estrategia inteligente, puede insertarse con fuerza en la nueva arquitectura industrial de América del Norte.

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