“Nada de fotos”: secretismo en la ciudad china de Baotou, capital mundial de las tierras raras

Pasadas las cinco, los obreros abandonan la fábrica, que se despliega de forma colosal tras los muros. Se ve un paisaje de chimeneas que escupen bocanadas de humo, conductos de metal y enormes naves. Sobre la entrada, un eslogan del presidente chino, Xi Jinping, anima a “participar en la vanguardia industrial” y una pintada en la tapia arenga a “levantar la creatividad con las tierras raras”. Son los dominios del grupo Baogang, la mayor base de producción de tierras raras del mundo, ubicada a las afueras de Baotou, una ciudad de 2,7 millones de habitantes en la provincia china de Mongolia Interior, cerca del desierto de Gobi. La historia de este conglomerado, nacido en 1954, discurre en paralelo al ascenso de China como superpotencia, y a su creciente dominio de unos recursos determinantes en la contienda geopolítica del siglo XXI.