Mole de olla: Cómo hacer el guiso más reconfortante para los días fríos en México

El mole de olla es uno de los guisos más representativos del centro de México, heredero directo de la cocina rural y del uso inteligente de los ingredientes de temporada. Su nombre no proviene del “mole” espeso con cacao, sino del verbo moler: una mezcla de chiles secos y especias que dan al caldo su sabor profundo y su color rojizo característico.
Con el tiempo, este guiso se consolidó como uno de los platos más completos de la gastronomía mexicana. No solo combina proteínas, carbohidratos y vegetales en equilibrio perfecto, sino que también simboliza la unión familiar y la abundancia. Durante el otoño y las festividades de Día de Muertos, muchas familias lo preparan para compartir o colocarlo en las ofrendas, ya que representa alimento, hogar y el calor de la cocina tradicional.
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En mercados y fondas, el mole de olla sigue siendo un emblema de la cocina casera. Su aroma a epazote, el toque ahumado de los chiles y la suavidad de la carne lo convierten en un manjar reconfortante, ideal para acompañar tortillas recién hechas o un arroz rojo sencillo.