Mitos contra los vehículos eléctricos

Así como comentábamos la semana pasada en este espacio, de que hay fuertes intereses económicos y políticos para promover las energías no renovables y desprestigiar a las renovables, también hay un cabildeo para retrasar el desarrollo y aceptación generalizada de los vehículos eléctricos. Muchas de las aseveraciones negativas en las redes sociales simplemente son falsas o engañosas.

El mismo estudio al que hice referencia la semana pasada, publicado por el Centro Sabin para el Derecho del Cambio Climático de la Universidad de Columbia, identifica cuatro aseveraciones clave en contra de los vehículos eléctricos (VE) que resultan falsas. (Véase https://scholarship.law.columbia.edu/sabin_climate_change). Es conveniente revisarlas:

Primero, “los VE tienen un efecto negativo neto sobre el cambio climático”. Esto es falso, pues los VE son esenciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de combustibles fósiles que causan esas emisiones. La evidencia señala que los VE suelen tener emisiones más bajas durante su ciclo de vida que los automóviles tradicionales de gasolina, incluso considerando las emisiones liberadas durante su fabricación y la generación de energía para cargarlos. La razón principal por la que los VE reducen las emisiones en casi todos los casos es que son inherentemente más eficientes que los vehículos convencionales de gasolina.

Segundo, “los VE costarán muchos empleos en la industria automotriz”. Esto es otra falacia. La fabricación de componentes del sistema de propulsión para VE con batería requiere más mano de obra que la fabricación de componentes de ese sistema para vehículos con motor de combustión interna, lo que sugiere que la electrificación de vehículos podría impulsar el crecimiento del empleo en la fabricación de sistemas de propulsión.

Tercero, “los VE son poco prácticos debido a las restricciones de su alcance”. Este es un mito muy arraigado. La mayoría de los VE puede recorrer aproximadamente 322 kilómetros con una sola carga, mientras que algunos modelos pueden superar los 644 kilómetros. Aunque el alcance medio en Estados Unidos de un vehículo de gasolina (647 kilómetros) es aproximadamente el doble que la de un vehículo eléctrico (376 kilómetros), el alcance de un vehículo eléctrico estándar es más que suficiente para satisfacer las necesidades diarias de un hogar promedio en Estados Unidos. Dado que la mayoría de los conductores de VE cargan sus vehículos durante la noche en su casa, la mayoría de estos conductores pueden realizar sus actividades diarias sin necesidad de detenerse para recargar.

Cuarto, “los vehículos eléctricos no pueden funcionar en climas muy fríos o calientes”. No es enteramente cierto, pues las temperaturas extremas pueden reducir la autonomía tanto de los VE como los de combustión. En Noruega, por ejemplo, se han desarrollado características especiales que, de acuerdo con las estadísticas, hacen que los VE tengan menos fallas para arrancar en el frío extremo que los vehículos de gasolina.

Actualmente, la inversión para diseñar y producir VE no es aún muy cuantiosa, lo que impacta el costo. Pero no hay duda de que la movilidad del futuro se está enfocando hacia los VE. Basta con voltear a ver a China.

admin