México pierde terreno en minerales críticos por falta de certidumbre
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La minería mexicana se ha convertido en un punto de tensión dentro del proyecto de integración de Norteamérica. Mientras Estados Unidos y Canadá presionan por asegurar el suministro de minerales críticos para sus cadenas industriales, México enfrenta un panorama de regulaciones más estrictas, permisos detenidos y proyectos paralizados. Unos 192 sectores productivos del país —incluidos los de mayor peso en exportaciones, como el automotriz y el electrónico— dependen de los insumos mineros. La incertidumbre regulatoria amenaza con poner en riesgo el flujo que sostiene la competitividad regional y que hoy representa un engranaje indispensable para mantener la integración de la región.
Litio nacionalizado y concesiones suspendidas reducen atractivo para inversionistas
A medida que China avanza en el control de materias primas estratégicas, la falta de una política minera clara en México abre dudas sobre la capacidad para blindarse frente a disrupciones externas. Garantizar minerales como litio, cobre o zinc se ha vuelto tan relevante como asegurar energía o semiconductores. En este contexto, la Cámara Minera de México (Camimex) insiste en que la primera tarea es retomar la exploración. “El primer paso es la exploración, es el primer paso en cualquier proceso de minerales. Hay que explorar para ver qué tenemos y ver si tenemos potencia; entonces, el permitir que las empresas privadas tengan la oportunidad de buscar es importante”, explicó Pedro Rivero, presidente de la Camimex, durante la presentación del estudio Relevancia del sector minero mexicano en el desarrollo económico nacional. Para la cámara empresarial, sin un marco que permita detectar y cuantificar los yacimientos, México perderá competitividad frente a otros países que avanzan en atraer inversión para desarrollar nuevas áreas de producción. Rivero subrayó que el sector minero requiere estabilidad normativa. “¿Y qué necesitamos para una agenda de inversión continua? Continuidad en las reglas, por eso es importante que esta discusión continúe y se madure bien, porque necesitamos mucha continuidad una vez que se establezca un marco jurídico que lo podamos mantener, porque son inversiones de muchísimos años”, señaló. El directivo agregó que la industria ha hecho múltiples llamados al gobierno federal para retomar la exploración minera. Aunque omitió detalles de las propuestas, afirmó que las conversaciones existen y que esperan resultados en el corto plazo. La parálisis actual comenzó en 2023, cuando el gobierno federal decidió suspender la entrega de nuevas concesiones mineras a privados, bajo el argumento de que era necesario realizar una evaluación a fondo del sector. Esa decisión se plasmó en la reforma a la Ley Minera, que limitó las concesiones, prohibió la explotación en áreas naturales protegidas, redujo la vigencia de los permisos a 30 años por mineral en lugar de por área y estableció que el otorgamiento se realizará únicamente mediante licitaciones gubernamentales. Las modificaciones trajeron mayor incertidumbre para los inversionistas, que observan cómo proyectos de largo plazo quedan en pausa. Esto ocurre en un momento en el que la presión internacional para asegurar cadenas de suministro de minerales críticos se intensifica. El caso del litio es uno de los más emblemáticos. En 2023, el gobierno federal nacionalizó este mineral, declarando que su explotación sería exclusiva del Estado. La medida impidió el otorgamiento de nuevas concesiones privadas y llevó incluso a la cancelación de permisos previamente aprobados, como el de la empresa china Ganfeng Lithium en Sonora. Tras la cancelación, Ganfeng inició un arbitraje internacional ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), lo que marcó un nuevo frente de tensión entre México e inversionistas extranjeros interesados en minerales estratégicos. Rivero consideró que la exclusión del sector privado en litio limita las capacidades del país para competir en el escenario global. “Si queremos entrar a esa agenda del litio, necesitamos hacerlos con una agenda muy decidida de inversión continua en el tiempo”, dijo. El desafío es doble. Por un lado, los yacimientos mexicanos presentan condiciones geológicas complejas, al encontrarse principalmente en arcilla, lo que requiere técnicas de extracción avanzadas; por otro, el Estado aún no cuenta con la capacidad tecnológica suficiente para explotarlos a escala. Hasta ahora, el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) desarrolla proyectos piloto para identificar posibles técnicas de extracción de litio en arcilla. Sin embargo, la distancia con países como China, que ya consolidaron una posición dominante en minerales críticos, pone en entredicho la capacidad de México de jugar un rol estratégico dentro de Norteamérica.
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