México: ¡Es hora de activar el TACO!

Uno de los argumentos favoritos de la narrativa oficial para minimizar la falta de una respuesta contundente de México ante el embate arancelario de Donald Trump es que esos castigos comerciales no sólo se los aplica a nuestro país sino “a todo el mundo”.

En el mal de muchos encuentran consuelo los cuatroteístas para que, al grito de serenidad y paciencia, se acumulen los daños en determinados sectores que ya acusan recibo en sus actividades productivas y por lo tanto en el empleo.

Pero lo que sí debió enchilar y sacar de su zona de confort al gobierno federal es el hecho de que los nuevos aranceles incrementados al acero y al aluminio, de 25 a 50%, permitieran una excepción.

Sin duda hay una motivación racial, pero eso no está del todo comprobado, pero Donald Trump buscó y forzó un acuerdo comercial con el Reino Unido que no tiene nadie más en este segundo mandato.

Y Trump exentó del pago adicional de aranceles a los británicos por ese Economic Prosperity Deal que firmó hace menos de un mes con el gobierno de la isla.

Bien, pero el propio Trump presionó para destruir un largo pacto comercial con América del Norte y él mismo obligó a la firma del acuerdo comercial regional, ese que conocemos como T-MEC.

Entonces, lo que debe hacer que haya menos paciencia, aunque se anuncien con serenidad las medidas compensatorias, es justamente la violación de este acuerdo comercial, con las evidencias de que respeta el otro acuerdo comercial. Ahí sí ya no es “a todo el mundo”.

La presidenta Sheinbaum tiene que ir a Canadá a tomarse la foto con el primer ministro Mark Carney en la reunión del G7 y hacer un bloque común de defensa del acuerdo trilateral.

Y en el camino aplicar medidas compensatorias que dejen ver que México no tiene por qué aguantarlas todas en el nombre de la prudencia.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, va a buscar alguna excepción este fin de semana en Washington, pero si no consigue nada o sólo le dan un dulcecito, este lunes debe haber una respuesta firme y con porcentajes de aranceles compensatorios a productos estadounidenses.

Este régimen es muy soberbio, pero podrían preguntar al exsecretario de Economía de Peña Nieto, Ildefonso Guajardo, por la lista de aranceles con los que contestó México en el 2018 cuando Trump aplicó en su primer mandato impuestos al acero y al aluminio.

Papas, quesos y carne de cerdo, que se pueda compensar con otra proveeduría exterior, pero que peguen en la línea de flotación de los votantes republicanos. Bueno, hasta manzanas, que de esas hay aquí en Chihuahua.

Y al mismo tiempo, iniciar los procedimientos a los que haya lugar en el marco del T-MEC. Que, si bien es complicado, porque Trump invoca la Sección 232 de su ley comercial, que aduce temas de seguridad nacional y que superan al T-MEC, lo importante es poner en primer plano el acuerdo trilateral como el eje de la relación comercial.

Se acabó la paciencia, hay que sacar el TACO que Trump lleva dentro, y poner al mismo tiempo como tema prioritario la renegociación del acuerdo comercial para buscar certezas, las que se puedan, pero ya.

Este régimen es muy soberbio, pero podrían preguntar al exsecretario de Economía de Peña Nieto por la lista de aranceles con los que contestó México en el 2018 cuando Trump aplicó en su primer mandato impuestos al acero y al aluminio.

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