Más dinero para la guerra y menos para la paz: la última encrucijada para la ayuda al desarrollo
Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha puesto en la parte más alta de su lista de prioridades exigir a los aliados de la OTAN que incrementen su gasto en defensa al 5% del PIB. En paralelo, Estados Unidos ha emprendido el desmantelamiento de USAID, la mayor agencia de cooperación al desarrollo del mundo, para dedicar esos recursos, entre otras cosas, a engordar el presupuesto militar. Bajo la presión de Trump, las principales economías europeas, algunos de los donantes de mayor peso en el sistema de ayudas internacionales, han seguido los pasos de Washington.