Mantener la disciplina fiscal debe ser la prioridad de México: IIF

Washington, D.C. La prioridad de México en el contexto mundial de incertidumbre debe ser mantener su programa de consolidación fiscal y cumplir con las metas que se ha fijado, señaló el economista jefe para América Latina en el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Martín Castellano.

“México está bajo el escrutinio permanente de los inversionistas por ser una economía abierta, sin control de capitales, con una moneda muy líquida (…) tiene que enviar señales consistentes de responsabilidad que subrayen la disciplina que le ha caracterizado por años”, señaló.

Entrevistado por El Economista al término de su participación en el Global Outlook Forum del IIF, comentó que en este contexto, la ratificación de la nota soberana de México por parte de la calificadora Fitch, ha sido una señal sólida y a la vez, un compromiso para las autoridades.

“Es un compromiso para que las autoridades mantengan el seguimiento de sus planes de consolidación fiscal más allá del contexto externo”, refirió.

Accedió a responder si el contexto de desaceleración económica está marcando la alerta para que el gobierno utilice los colchones que aún tiene, como el fondo de estabilización, para aplicar una política contracíclica. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que en el citado fondo quedan recursos equivalentes al 0.5% del PIB.

“Hay que evaluar los costos de usarlos, porque uno da la señal de que hay mayor debilidad en colchones de liquidez disponibles, pero al mismo tiempo se demuestra que cuentan con herramientas para sostener la actividad económica”.

Luego refirió que es el Banco de México quien sí tiene margen de maniobra para reducir la restricción y considera que sí seguirá utilizándolo.

Institucionalidad de Banco
de México, otro valor

El economista para América Latina en la mayor asociación de instituciones financieras del mundo, habló sobre la resiliencia que ha mostrado el peso en el contexto de incertidumbre mundial.

“Uno esperaría que un país con un esquema de inflación por objetivos con el tipo de cambio flexible, como México, tendrá una divisa que compensará el aumento de tarifas de su socio comercial”.

Sin embargo, al darse el primer anuncio de las tarifas, en marzo, se vio presión en el peso mexicano, pero después se moderó ante la fluctuación del dólar estadounidense.

“Lo que vemos en general es que el traspaso de la depreciación a precios domésticos es bajo, gracias a la credibilidad del banco central, al programa de consolidación fiscal que quiere implementar el gobierno y al ciclo en el que se encuentra la economía donde no hay presiones de demanda”.

Refirió que la institucionalidad del banco central ayuda a darle poder a su toma de decisiones frente a choques externos o domésticos, de ahí la relevancia del perfil de los miembros de la Junta de Gobierno y la interacción entre ellos.

El margen para negociar

Al analizar el impacto económico de los aranceles, subrayó que redujeron el pronóstico del PIB para México de 0.8% a 0.3 por ciento.

Es verdad que tienen vigentes los aranceles del sector automotriz, así como al aluminio y acero. Pero se siguen negociando y vemos un margen importante para maximizar las oportunidades de convenir con el gobierno de Estados Unidos.

“Es bastante claro que el gobierno mexicano prefiere alinearse a las peticiones de Estados Unidos antes que buscar alternativas como la diversificación y que está en disposición de negociar y encontrar soluciones a los cambios de la política económica de Estados Unidos que afectan a México”.

En su opinión, los incentivos para que permanezcan integradas las economías son muy altos y prevalecerán en el tiempo.

“Sí puede haber una reformulación de las cadenas de producción y menores oportunidades para la inversión, pero al final del día estos incentivos son poderosos y minimizará el impacto en la actividad económica de México.”

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