Lula no aceptará la "humillación" de llamar a Trump para negociar los aranceles

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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo a Reuters en una entrevista que no veía espacio para conversaciones directas con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que cree que se convertiría en una “humillación” para él. Brasil no va a anunciar aranceles recíprocos, añadió. Su gobierno tampoco renunciará a mantener conversaciones a nivel de gabinete, pero el propio Lula no tiene prisa por llamar a la Casa Blanca.

“El día que mi intuición me diga que Trump está listo para hablar, no dudaré en llamarlo”, dijo Lula en una entrevista desde su residencia presidencial en Brasilia. “Pero hoy mi intuición dice que no quiere hablar. Y no voy a humillarme”. A pesar de que las exportaciones de Brasil se enfrentan a uno de los aranceles más altos impuestos por Trump, parece poco probable que las nuevas barreras comerciales de Estados Unidos hagan descarrilar a la mayor economía de Latinoamérica, lo que le da a Lula más espacio para oponerse a Trump que la mayoría de los líderes occidentales. Lula describió las relaciones entre Estados Unidos y Brasil en su punto más bajo en 200 años después de que Trump vinculó el nuevo arancel a su demanda de poner fin al procesamiento del expresidente de derecha Jair Bolsonaro, quien está siendo juzgado por conspirar para revocar las elecciones de 2022. El presidente dijo que al Supremo Tribunal Federal de Brasil, que lleva el caso contra Bolsonaro, “no le importa lo que dice Trump y no debería”, y agregó que Bolsonaro debería enfrentar otro juicio por provocar la intervención de Trump, calificando al expresidente de “traidor a la patria”. “Ya habíamos perdonado la intervención de Estados Unidos en el golpe de 1964”, dijo Lula, que se inició en la política como líder sindical protestando contra el gobierno militar que le siguió. “Pero esto de ahora no es una pequeña intervención. Es el presidente de Estados Unidos pensando que puede dictar reglas para un país soberano como Brasil. Es inaceptable”. Lula dijo que sus ministros tenían dificultades para entablar conversaciones con sus homólogos estadounidenses, por lo que su gobierno estaba centrado en medidas internas para amortiguar el golpe económico de los aranceles estadounidenses, manteniendo al mismo tiempo la “responsabilidad fiscal”. También dijo que planeaba llamar a los líderes del grupo BRICS de naciones en desarrollo, empezando por India y China, para discutir la posibilidad de una respuesta conjunta a los aranceles estadounidenses. Lula también describió planes para crear una nueva política nacional para los recursos minerales estratégicos de Brasil, tratándolos como una cuestión de “soberanía nacional” para romper con una historia de exportaciones mineras que añadían poco valor en Brasil.

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